Vecinos manifestaron su bronca luego de que más de 100 familias se instalaran en un terreno del barrio Almafuerte. Desde los Tribunales de Lomas de Zamora confirmaron que "hay una causa iniciada por usurpación" y que "el predio tiene un dueño, que ya realizó la denuncia". "No es un lote fiscal en el que el Gobierno pueda construir viviendas", informaron. Se espera la orden de desalojo.
A una semana de que el predio ubicado en el barrio Almafuerte de Glew amaneciera ocupado, los vecinos de la zona manifestaron su preocupación sobre el crecimiento de este asentamiento, que está constituido por unas 120 familias. Argumentaron que las viviendas que componen el barrio fueron "construidas con esfuerzo y mucho trabajo"; y que la instalación ilegal los perjudica no sólo en el valor de sus propiedades sino que también temen por el incremento de hechos delictivos.
En diálogo con www.deBrown.com.ar y a través de las redes sociales expresaron su indignación por el hecho y señalaron que "se trata de un espacio privado". "Si bien estaba vacío no tenían por qué tomarlo. Si cada uno de nosotros se instalara en las tierras donde quisiéramos vivir esto sería caótico", expresó Norma.
Los vecinos remarcaron que la ocupación se da en un escenario donde en los alrededores del sitio en cuestión hay significativas mejoras, como el asfalto que realizó el Municipio. Además, el predio no tiene ninguna construcción y, justo al lado, hay un complejo de viviendas privadas que están en venta. Lo que lo hace tierras no sólo rentables sino también requeridas.
“Hace poco la asfaltaron, quedó transitable y está muy bien ubicado. Antes era un campo enorme pero inservible, el Municipio asfaltó todo, pero como el dueño no construyó nadie se metieron”, explicó a este medio Martín Medina, vecino de la zona.
Inmediatamente después de hacerse presentes en el lugar con sus carpas y otros materiales con los que levantaron precarias casillas, comenzaron a repartir panfletos entre la gente del lugar para -de alguna manera- presentarse y contar con su visto bueno.
Con estos, fundamentaron la decisión de “darle uso” al descampado, que se encuentra entre Victorino de la Plaza, Alejandro Casona, Ángel della Valle y Avenida Arias. Explicaron que su objetivo es que eso se convierta en un barrio en el que puedan vivir “dignamente”, con la intención de que “rápidamente” se logre una urbanización del sitio.
Argumentaron que eso significará un beneficio “para todos”, ya que dentro de la idea original está planeada la puesta en marcha de espacios abiertos a toda la comunidad, no solamente para el uso de ellos, como un centro cultural, una cancha de fútbol y una sala sanitaria.
“Queremos dejar tranquilos a los vecinos y vecinas de Glew, que cotidianamente conviven con la droga, la violencia y la delincuencia. En nuestro barrio nada de esto va a ser permitido ni aceptado por ninguno de los vecinos. Lo único que queremos es que se respete el derecho a una vida digna para nuestra familia”, reza el texto plasmado en los panfletos que firmaron como “Vecinos del barrio Pueblo Unido”.
Pero las explicaciones no dejaron del todo conformes a los demás ciudadanos de Brown. “Es todo muy incierto, se meten ahí de 'prepo' y encima como comunidad debemos agradecerles. Ellos actúan así y nadie los echa porque tienen niños, si se quedan ahí ojalá que al menos hagan algo productivo, como dicen”, finalizó Medina.
Inmediatamente, las redes sociales también se convirtieron en espacio de canalización sobre el tema, y los diferentes puntos de vista que, aunque distintos, en líneas generales coincidieron en calificar a la situación como injusta.
Uno fue el sitio “Glew está olvidado”, de la red social Facebook. Allí, Yésica Chaile escribió: “La verdad es una vergüenza, encima andan pidiendo en los negocios de la zona comida y frazadas; y dos mujeres pidieron que si tenían teléfonos para prestarles porque tenían que hacer una llamada, ¡el colmo!”.
“Les faltó decir que también van a pagar por los lotes, como hicimos el resto de los vecinos de Glew. ¿Acaso se regalan los terrenos?”, se preguntó Silvia Ortiz, aludiendo al folleto difundido.
Por su parte, Leo Gama opinó: “Estaría bueno que respetaran al propietario del terreno y que este decidiera si lo quiere vender y a quien. No respetan nada y además planifican como si fueran propietarios. Atrevidos políticos sepan que con esa gente no les alcanzan para poder ganar algo, la mayoría de la gente en Glew es la clase trabajadora y a esa clase no nos gusta este tipo de actitudes. ¡Fuera atrevidos aprovechadores, corruptos delincuentes! Por favor, que pronto se expida la Justicia para poder desalojar”.
Legalmente
El sitio en cuestión tiene un dueño y no es un terreno fiscal, por lo que judicialmente en él no se podría construir ningún tipo de vivienda dado que, sencillamente, es una propiedad privada y sólo puede ser utilizada si el propietario quisiera venderlo y el grupo de vecinos lo comprara. Sin embargo, su desembarco allí precisamente fue a causa de que no tienen dinero ni para comprar ni para alquilar casa o habitaciones.
Desde los Tribunales de Lomas de Zamora confirmaron a este medio que hay una denuncia hecha y que se encuentra iniciada una causa por usurpación, aunque evitaron dar mayores informaciones al respecto, para no prevenir sobre medidas que se tomarán esta semana.
Días atrás, el intendente local, Daniel Bolettieri, había manifestado que la toma “fue provocada por militantes” de la oposición, y que el dueño del predio se presentó con los papeles que lo acreditan como tal e hizo la denuncia en la comisaría local.
“La situación de asentamiento fue provocada por militantes políticos y desde el Gobierno municipal tomamos rápidamente cartas en el asunto. Se denunció la situación a la Justicia y estamos expectantes de que se ordene el desalojo. Se procedió a bloquear la posibilidad de que se produzcan nuevas tomas en la zona, trabajamos fuertemente para desalentar este tipo de situaciones”, expresó.
Ahora, la investigación está en manos de la Fiscalía Número 8 lomense, a cargo del fiscal Sebastián Bisquert. Se aguarda la emisión de la orden de desalojo, ya que la usurpación de un territorio tanto sea privado o público es ilegal.
