Se recreó el homicidio en el cruce de Monteverde y Pedro Goyena. Estuvieron presentes peritos oficiales, de parte y representantes de la Justicia. Hoy se llevará a cabo la declaración del acusado y el martes próximo será el turno de los alegatos, con lo que sólo restaría conocer la sentencia. “Fue muy duro para todos”, expresó a De Brown el hermano de la víctima, Gonzalo Bugatto.
Dos años y tres meses después del hecho, el juicio por el asesinato del futbolista de Banfield Lautaro Bugatto comienza la recta final. El proceso, que comenzó el 12 de agosto, tuvo este lunes una de sus jornadas más dolorosas, cuando se llevó a cabo la reconstrucción del hecho a pedido del acusado, el ex policía de la Bonaerense David Benítez.
Fue en el cruce de la Avenida Monteverde y Pedro Goyena, en Burzaco. Se trata del sitio exacto en el que tuvo lugar el episodio, cuando el joven salía de su casa con unos amigos. Allí, lo sorprendieron las balas que el homicida disparó desde su coche, quien declaró haberlo hecho creyendo que se trataba de un ladrón que habría querido robar a su hermana y a su hija, que iban en moto delante de él.
“En términos personales fue muy duro para todos, para mi familia, para mi mamá, para mí, para los amigos de mi hermano, para Jonathan que es el testigo principal. El día se fue haciendo duro, ni siquiera ese momento. Técnicamente sirvió para ubicar en el espacio físico dónde estaba parado cada uno, perspectiva de la situación, el nivel de iluminación que tiene esta intersección – es una avenida muy iluminada-, se terminó reconstruyendo esa escena”, explicó en diálogo con www.deBrown.com.ar el hermano de la víctima, Gonzalo Bugatto.
La reconstrucción había sido rechazada por la querella y por la Fiscalía, pero la Defensa decidió pedirla y finalmente se llevó a cabo, desde las 20:30 pasadas y hasta la madrugada. Pese a que las lluvias, el viento, y una nueva tormenta que se avecinaba, a la hora indicada llegaron las partes y este proceso se ejecutó sin inconvenientes.
Durante el proceso, se vivieron momentos de tensión, particularmente cuando Benítez insistió con su versión del intento de robo y sostuvo que una mujer salió a los gritos de una casa sobre la avenida Monteverde diciendo: “Mataste a mi hijo, me lo mataste”. Allí se desató la bronca a través de los gritos de los testigos y de la familia Bugatto.
De acuerdo a los querellantes, quedaron en evidencia las “contradicciones” entre el acusado y quienes eran sus testigos, es decir su familia. Este hecho refuerza la hipótesis inicial: la inocencia del fallecido y la culpabilidad del acusado.
“Nuevamente quedaron expuestas las contradicciones entre ellos, lo bizarro del relato, algo que no se sustenta ni con los mismos impactos de bala que hay en la pared de mi casa, de ciencia ficción, ni más ni menos que se haga justicia queremos. Quedó claro cómo es la situación, hay un culpable que es muy culpable y un inocente que es muy inocente. No hay nada peor que criminalizar o intentar criminalizar a alguien que no puede defenderse. Acá es la víctima quien no puede hacerlo. Más allá de que me duele, lo minimizo sabiendo de quien viene”, añadió.
Recta final
Con esta reconstrucción, el juicio va llegando a su fin. Hoy tendrá lugar la última declaración, la del acusado, la de Benítez. Y el martes 2 de septiembre se llevarán a cabo los alegatos, con lo cual solo restarían el veredicto y la sentencia.
Benítez llega al juicio en libertad y acusado de “Homicidio simple” en vez de “Exceso en la legítima defensa”, primera carátula que tuvo. Además, paralelamente, se lleva a cabo una causa por encubrimiento e irregularidades en la investigación por la que están siendo investigados varios compañeros suyos de la Bonaerense.
Según trascendió, el acusado tiene antecedentes por haber agredido a su esposa y a su suegra, aunque luego esta denuncia fue retirada. Justamente, su mujer y su hermana quedaron imputadas por falso testimonio, tras la primera declaración que brindaron en la causa. Se estima que serán juzgadas.
“Técnicamente para ambas partes el procedimiento fue transparente, se hizo la reconstrucción del hecho a pedido de la defensa, se le dio esa posibilidad a Benítez, y aun así se lo encuentra más culpable. Posibilidad de defenderse las tuvo todas. Ahora lo que va a terminar pesando es lo que está arriba de la mesa, la verdad y la mentira, estaremos preparados para cualquier cosa”, terminó Gonzalo Bugatto.
Dolorosa ausencia
La madrugada del 6 de mayo Lautaro fue asesinado la puerta de su casa, ubicada en el cruce de la avenida Monteverde y Pedro Goyena, en Burzaco. Benítez, quien estaba franco de servicio y de civil, circulaba por allí a bordo de un Renault 12 junto a su esposa, mientras que delante del auto iban su hija -menor de edad- y su hermana en un ciclomotor.
Según la versión del oficial, dos delincuentes armados quisieron robar el ciclomotor por eso trató de evitarlo y efectuó varios disparos con su arma reglamentaria. Uno de estos balazos impactó en el cuerpo de Bugatto, quien estaba ubicado a unos 30 metros de distancia, junto a un hermano y dos amigos con los que iba a salir a bailar.
El deportista recibió el tiro que le ingresó por la espalda y se alojó en el pulmón. Sus amigos lo cargaron en el auto y lo llevaron hasta la Clínica Burzaco, donde al cabo de una hora finalmente falleció.
Ante la Justicia, Benítez admitió haber utilizado su pistola pero dijo que lo hizo en defensa propia luego de que los delincuentes le dispararan primero, algo que no fue avalado ni por testigos imparciales ni por las pericias balísticas.
Las pericias confirmaron que todos los proyectiles y vainas recolectadas en el lugar del hecho, entre ellas la bala extraída del cuerpo de Bugatto en la autopsia, fueron disparadas por una única arma: la pistola 9 milímetros del efectivo.