Se trata de Carlos y Mauricio Gómez. "¿Qué padre no daría parte suya por ver a su hijo mejor? Jamás tuve miedo, porque cuando uno lo hace por amor no tiene nada que temer”, sostuvo en diálogo con De Brown. Conocé su historia.
Carlos y Mauricio Gómez son padre e hijo y hace 26 años la vida les hizo transitar una situación límite que los ayudó a forjar una relación inquebrantable. Hoy, los vecinos de Burzaco dirigen juntos una de las escuelas de taekwondo más reconocidas de la zona.
Mauricio nació con una vejiga neurogénica -no crecía-. Como consecuencia, le realizaron una ampliación con intestino, pero a los 12 años los estudios revelaron que sus riñones se habían deteriorado y dejado de funcionar. Con este panorama poco alentador, confirmaron que el pequeño necesitaba un trasplante.
En este marco, Carlos no dudó en dejar la actividad deportiva y realizarse los análisis correspondientes para saber si podía ser su donante. “¿Qué padre no daría parte suya por ver a su hijo mejor? Jamás tuve miedo, porque cuando uno lo hace por amor no tiene nada que temer”, sostuvo Carlos Gómez en diálogo con www.deBrown.com.ar.
Los resultados fueron los esperados: eran compatibles. Fue así que, tras la exitosa operación, ambos regresaron a su casa para iniciar un postoperatorio largo y difícil. Debieron transitar un camino lleno de obstáculos que, unidos, lograron sobrepasar. “En 26 años tuve miles de problemas, pero jamás bajé los brazos. Siempre luché y puse lo mejor de mí para salir adelante”, remarcó Mauricio.
Carlos comenzó a dar clases de taekwondo ITF en 1983. Sin embargo, para ser donante de su hijo, debió pausar por un tiempo las prácticas. Al regresar a la disciplina, creó el Instituto Choi ubicado en Burzaco, que hoy comanda junto a sus hijos.
A lo largo de los años, los brownianos consiguieron destacarse en cada torneo y llegaron a ser varias veces campeones nacional y Panamericano. “Que siga el camino mío es lindo y verlo crecer como instructor me alegra mucho”, reconoció.
En la actualidad, Mauricio tiene 38 años, se encuentra en buen estado de salud y se mantiene activo junto a sus seres queridos. “Mi viejo es mi faro en todo y sin él no hubiera logrado nada. Para nosotros todos los días son especiales por la lucha que tuvimos que pasar. Simplemente le digo muchas gracias y que lo amo con todo mi corazón”.
Por: Diego Santa Cruz
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