Se trata de Horacio De San Marcos, quien trabajó más de dos décadas en la empresa. “Todavía tengo los ojos encapotados, todo me produce mucha emoción”, expresó a De Brown.
Después de 24 años, Horacio De San Marcos se jubiló como chófer de la línea 501. Su última vuelta fue inolvidable, sorpresiva y cargada de amor. Lo compartió con sus seres queridos, compañeros de trabajo y pasajeros, quienes se acercaron especialmente para felicitarlo por el comienzo de una nueva etapa.
El conductor es vecino de Glew, localidad donde también nació. Está casado y tiene dos hijos. A los 22 años, comenzó a manejar una unidad de la línea 61 de CABA. Allí estuvo dos años, hasta que la vida lo llevó a apostar a una empresa familiar junto a sus padres. Sin embargo, el destino le tenía otro camino preparado.
“En el 2000 nos fundimos y perdí todo, menos la casa que hace días terminé de pagar porque la deuda era en dólares”, recordó Horacio, en diálogo con www.deBrown.com.ar.
Buscando reconstruirse, un amigo de la infancia lo ayudó a ingresar a trabajar en la 501. Tenía 41 años y deudas por saldar. “Desde ahí siempre estuve en la línea. Primero, 21 años en el ramal que va de UOCRA a Adrogué y otros tres en el de Villa París”, explicó.
El browniano admite que “le gusta ser colectivero y el trato cercano que logra forjar con los vecinos”. “Una vez un chófer me dijo 'esto es un vicio. Si te prende, no te lo sacas en tu vida, y me prendió'. En este sentido, explicó que está agradecido con la empresa donde completó su etapa laboral y con cada uno de sus compañeros.
“Si de algo me arrepiento es de no haber escrito un libro con todo lo que viví arriba del colectivo”, admitió Horario. Es que en más de dos décadas atravesó todo tipo de situaciones.
“Una vez se olvidaron un bebé todo envuelto en mantas. No sabía qué hacer. Eso me pasó en los Altos de Longchamps. La madre bajó y lo dejó. Volviendo con el recorrido y pensando en ir a la comisaría, cuando llegamos a la calle Santa Fe había un grupo de gente y una mamá bastante desesperada. Parece que le había encargado el bebé a un hermanito y pasó eso”.
Con carteles, humo, banderas y aplausos, su comunidad lo acompañó el pasado viernes, 28 de junio, en el recorrido final al frente de la unidad. Horacio confesó que su despedida fue “épica” y que con el correr de los meses le “va a caer la ficha de que se jubiló”.
“Ahora me entero que todo comenzó por mi familia que quería organizarme algo para que ese día sea distinto. Tenemos un grupo de chóferes y se contactaron, no sé cómo. Iban a ser 27 en total, pero se empezaron a sumar y fue increíble”, admitió a este medio.
Entre una multitud, el browniano se encontró con muchos pasajeros con los que fue creando un lazo arriba del colectivo. “Había una señora esperándome con un cartel y una botella de sidra. También un nene de 10 años, llorando y haciendo puchero. Me decía 'no te vayas Horacio'. Negocios con carteles en la calle. Fue una cosa de locos. Todavía tengo los ojos encapotados, me produce mucha emoción”, concluyó.
🚍Se jubiló “Perita”, un querido colectivero de la línea 515👇 #Longchamps https://t.co/62WeOQlthS
— Noticias De Brown (@debrownweb) May 2, 2024