Se trata de María Teresa Achar, vecina de Mármol, quien formó la ONG Ángeles Callejeros para ayudar a quienes lograron salir con vida de dicha tragedia. "Se superó con trabajo al prójimo. Ayudando al otro", afirmó a De Brown. Conocé su historia.
Se cumplen 20 años del incendio en el boliche República Cromañón, una tragedia que se llevó la vida de 194 personas y dejó incontables secuelas en quienes salieron con vida. Entre quienes asistieron a esa penosa jornada, hubo vecinos de Almirante Brown. “Fue la noche más triste que viví"”, afirmó la madre de un sobreviviente browniano.
Era 30 de diciembre de 2004 y María Teresa Achar estaba en su casa de José Mármol cuando una noticia en la televisión cambió todo: vio que se prendió fuego un establecimiento en Once. A ese mismo barrio había ido su hijo con un grupo de cinco amigos más a ver a la banda Callejeros. “Fui a la cama de uno de mis hijos y le pregunté dónde estaba el hermano. Me dijo que estaba loca. 'No, no estoy loca. Tu hermano y los chicos están ahí'”, afirmó la browniana a www.deBrown.com.ar.
Inmediatamente, salió rumbo a Capital en auto con mucha incertidumbre y la desesperación de no poder contactarlo. En medio del caos, una llamada trajo algo de certeza: “Me dijeron que mi hijo estaba vivo en el hospital Ramos”.
Una vez en el nosocomio, Teresa contó que las inmediaciones eran “algo terrible”. “Venían coches, dejaban a los chicos y se iban a buscar más. Me acerqué a uno y, con las manos temblando, me dice: 'ya no pude sacar más'”, continuó.
“Le rogué a un policía para entrar. Me dijo que pase agachada entre las piernas de los demás. Adentro empezamos a gritar los nombres. Pensamos en buscarlos por los tatuajes. Levantarles las cabezas y ver si era uno de los nuestros era muy fuerte. Estaban todos iguales, todos negros, con las mismas zapatillas”, relató. Esas mismas zapatillas serían las que luego se convertirían en el emblema del pedido de Justicia.
El reencuentro entre la vecina y su hijo no tardó en llegar. Luego de que la multitud entrara a la fuerza al hospital, escuchó entre el barullo y la desesperación general el nombre del joven.
Una vez juntos en el Ramos, el sobreviviente le narró a madre la trágica noche que vivió: “Cuando entramos, fuimos al baño a lavarnos la cara con mi primo. Las chicas se fueron adelante. Vimos la bengala mientras bajábamos la escalera. Lo agarré fuerte de la mano, pero se puso todo oscuro”.
En esa línea, Teresa explicó que su hijo “no recuerda más nada ahí”, pero sí que terminó en el piso y quedó atrapado por “cuerpos que cayeron sobre él”. “La mayoría eran fallecidos”, agregó.
Luego, su próxima imágen es estar afuera del boliche tomando “agua del charco que corría por la vereda y vio el momento en que estaban reviviendo a su mejor amigo”. Afortunadamente, el joven sobrevivió aunque una de las chicas del grupo no corrió con la misma suerte. Se trata de María Sol Urcullo quien, junto con cuatro personas más, fueron las víctimas de Almirante Brown. Sus nombres fueron grabados en un monumento emplazado en la plaza Bynnon de Adrogué.
Junto a otros familiares de víctimas, Teresa formó parte de la ONG Ángeles Callejeros. A través de esta, pelearon para que a los sobrevivientes no les falte nada y reciban toda la ayuda necesaria para salir adelante. Para lograrlo, confesó que incluso hacían "minipequitos" en las puertas donde sabían que debían salir los políticos. Fue así que a la fuerza aprendieron lo que era juntar firmas, realizar pedidos y luchar contra el engorroso sistema burocrático.
En este marco, ante la pregunta de cómo se supera un episodio de tal magnitud, respondió: “Fue con trabajo al prójimo. Ayudando al otro. Costó, porque no teníamos a nadie que nos ayudara económicamente. Formar la ONG nos costó muchísimo. La dimos de baja ahora con la mejoría de los chicos. Recorrimos, caminamos y fuimos a la casa de casi todos”.
Todas estas historias vividas durante los casi 20 años desde la tragedia están en textos. Se debe a que escribió, junto a su compañera de lucha, las “experiencias de madre de chicos sobrevivientes”. No obstante, todavía están buscando ayuda para editarlo y así poder lanzarlo.
Para concluir la entrevista, María Teresa quiso terminar con un poema que refleja la importancia de ayudar al otro:
“Ya es tarde.
Primero se llevaron a los judíos,
pero como yo no era judío,
no me importó,
Después se llevaron a los comunistas,
pero como yo no era comunista,
tampoco me importó.
Luego se llevaron a los obreros,
pero como yo no era obrero,
tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales,
yo no soy intelectuales,
tampoco me llevaron y no me importó.
Después siguieron con los curas,
No soy cura, tampoco me importó
Ahora vienen por mí,
Pero ya es demasiado tarde."
- Bertolt Brecht
❤️Su hija murió a los 13 años y abrió un comedor con su nombre: “En cada chico que viene busco algo de ella” 👇 #Díadelamadre https://t.co/3QD2fydqbI
— Noticias De Brown (@debrownweb) October 20, 2024