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miércoles 13 de noviembre de 2019

“Corazón de tapita”, un proyecto que promueve la inclusión


Impulsa el uso de prendedores en aquellas personas que están cuidando a alguien con una discapacidad invisible como TGD. “Buscamos que puedan salir tranquilos a la calle sin que los miren mal, los juzguen o critiquen”, expresó su creador a De Brown. Conocé su historia.

Lucas Lobato es vecino de San José y lleva adelante “Corazón de tapita”. Se trata de un proyecto que busca impulsar el uso de distintivos en familiares y acompañantes terapéuticos de personas con alguna una discapacidad invisible cuando están junto a ellos.

Estos prendedores son confeccionados artesanalmente con cualquier material plástico y recortados en forma de corazón. Nacieron para concientizar a la sociedad sobre la inclusión, buscando echar luz sobre situaciones dolorosas que no muchos pueden ver.

“Si alguien está caminando con un prendedor de plástico en forma de corazón, significa que tiene una capacidad diferente que no es visible. Entonces si está teniendo una actitud negativa o se está comportando de una forma no aceptada, no la critiques, no la juzgues, no la mires mal, sino comprendela, ayudala, preguntale si necesita algo”, contó Lobato en diálogo con www.deBrown.com.ar.

¿Cómo nació la idea?

Hace un año, Lucas se desempeña como acompañante terapéutico. En este campo, la contención y el amor resultan vitales cualquiera sea el momento del proceso en que se hallen los pacientes. Actualmente asiste a una persona mayor que sufre Alzheimer. Fue en la vorágine de lo cotidiano que comprendió lo triste que puede ser la mirada y el juzgamiento social.

“Acompaño a un señor que es muy amable. Cuando salimos a caminar o hacer las compras él quiere abrazar a todo el mundo, le estira los brazos o dice 'buenos día señorita'. Mucha gente se asusta ante esto, lo miran muy fuerte y le han dicho cosas feas”, explicó el joven a este medio.

Situaciones similares se multiplican a cada paso. “También me pongo en el lugar de los chicos con TEA o TGD que a veces le agarran crisis en el medio de la calle y no lo pueden controlar. Las madres sufren mucho por eso. Es que la gente se asusta, las critican y les dicen '¿por qué no los crías de otra forma””, agregó haciendo hincapié en el desconocimiento sobre estos temas tan sensibles como reales.

 

Sobre los prendedores: ¿Cómo los crean?

Trabajando en los detalles de este proyecto inclusivo, una tarde en su casa, Lucas pensó cómo sería la mejor manera de materializar la idea. ¿Qué figura? ¿Qué materiales? ¿De qué color? Entonces agarró una tapita de un bidón de agua que tenía cerca, una tijera y comenzó a crear. Así nació un corazón, hoy símbolo de esta lucha.

“Quería algún prendedor que sea fácil, que todo el mundo pueda tener el material en su hogar. Actualmente, como tengo que hacer millones de corazones porque son muchos los eventos a los que me llaman, lo hago con cualquier clase de tapa como queso crema o carpetas fáciles de recortar. Es decir, con cualquier plástico y de cualquier color”, detalló el creador de esta iniciativa.

Además agregó: “Tengo gente desconocida que me da una mano. Nos juntamos y me las entregan. También me ayuda un grupo que realizan talleres para chicos con capacidades diferentes y los scouts. Tengo muchas manos solidarias”.

En este sentido, las expectativas son muchas y el crecimiento del proyecto no para de sorprenderlo. “Mi expectativa es concientizar al mayor número de personas. Yo no apunto a que todos seamos iguales, sino que tengamos los mismos derechos. Buscamos que puedan salir tranquilos a la calle sin que los miren mal, los juzguen o los critiquen, sin sufrir esas miradas que son muy fuertes”, contó.

 

La viralización

Días atrás, Lucas subió un vídeo casero a su página explicando sobre su idea. Este llegó a las manos del prestigioso médico pediatra e infectólogo Rubén Omar Sosa. De este modo, lograron concretar una reunión que se llevó a cabo en la ex Casa Cuna.

Acompañando la propuesta y también buscando impulsarla, el profesional grabó un audiovisual similar y lo replicó en sus redes. "Un corazón de tapita puede decir mucho", afirma desde su consultorio.

Gracias al alcance inesperado que logró, el proyecto comenzó a expandirse en diferentes punto del país y también del exterior. "Me llamó gente de España, Estados Unidos y Cuba. Sin ir más lejos, el otro día me llegó un mensaje de México. Era un grupo de personas con los corazones. También de centros de días que los llevan consigo”, explicó el browniano emocionado.

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