Jue, 25/04/2024 |
AÑO 11 - EDICIÓN Nº 1942
Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors
PROTAGONISTAS
sábado 1 de abril de 2023

La abandonaron cuando tenía 20 días de vida en una casa de Adrogué: busca su identidad


Se trata de Camila Álvarez. Se estima que nació el 16 de septiembre del 1988. “Necesito saber quién soy. Es bastante frustrante y paralizante no saber por dónde empezar”, admitió a De Brown.

Camila Álvarez tiene 34 años y, desde muy pequeña, supo que era adoptada. Sus papás nunca se lo ocultaron y naturalizaron esta realidad. Pero, en la adolescencia se enteró una parte muy movilizante de su historia: había sido abandonada con solo 20 días de vida en una casa de Adrogué. Hoy, busca la verdad sobre su origen.

 

¿Qué pasó?

La vecina de Temperley tiene dos hijos de 2 y 12 años. Los datos que posee para encarar este camino hacia la verdad son muy escasos. Su fecha real de nacimiento es incierta. Se estima que fue el 16 de septiembre del 1988. Sumado a eso, tiene dos partidas de nacimiento: una con su nombre actual y otra como “Rosa Pérez”, puesto por su primera familia de acogida.

“Siempre me interesaron mucho mis orígenes. Mis papás me dijeron que era adoptada, nunca fue un tabú, un tema oculto. Recuerdo que a los dos o tres años veía en el jardín nenas que iban con sus mamás que tenían panza. Entonces le preguntaba a la mía si tenía fotos embarazada y me decía que no. Me explicaban que me habían elegido para tener una hijita, porque tenían mucho amor para dar”, contó a www.deBrown.com.ar.

Y agregó: “De a poco ellos me iban contando, con tiempo y a medida que iba preguntando. Todo despacio, pero sin evitar el tema. Hoy no me preocupa hablar de esto, pero tengo incertidumbre por conocer mi identidad. Es un derecho que tenemos todos. Quiero saber qué pasó”.

 

Del horror a tener una nueva oportunidad

Tras haber sido abandonada casi recién nacida, fue llevada a un juzgado. Luego, se mantuvo en los brazos de una familia de tránsito alrededor de un mes. Ellos la bautizaron “Rosa”. Permaneció allí hasta que se concretó su adopción. “En mi cabeza está el recuerdo que me dijeron que me encontraron en un patio delantero bajo unas flores y por eso me pusieron así”, admitió.

En paralelo, mientras avanzaba el tema legal, los padres de crianza de Camila, Isabel y Eduardo, formaron parte de un grupo de adopción que estaba integrado por otras parejas con el mismo deseo. Era un espacio informativo y de contención. Hasta que, como si hubiera sido obra del destino, llegó la noticia que soñaban.

“A ellos le tocaba adoptar a otra persona, pero justo había una bebé, que era yo, que la habían abandonado con 20 días en una casa de Adrogué. Todo el proceso fue inmediato, de un día para otro y ellos decidieron que ”, recordó a este medio.

 

La incertidumbre

Tras llegar a su nuevo hogar, la vida de Camila cambió por completo. Ahora tenía una nueva familia y todo volvía a comenzar. “Mis papás siempre me brindaron todas las posibilidades, me apoyaron. Nunca me faltó nada, tuve un techo, comida. Eso siempre lo agradezco, pero también está presente la cuestión de saber qué pasó”, explicó.

Con el paso del tiempo, este deseo creció y aún late fuerte. “Alrededor de los 16 años me enteré que me habían dejado tirada y fue fuerte. Eso no me lo habían dicho mis papás, yo lo leí en mi papel de adopción plena”, confió.

Y continuó: “Tuve a mi primer hijo a los 20 años y no se me pasa por la cabeza dejarlo de la forma que lo hicieron conmigo. Algo tiene que haber pasado me imagino. Este cuestionamiento siempre está. Hoy no tengo rencor, hay muchas cosas que pueden pasar. Más allá de todo, necesito saber quién soy. Es un derecho y es bastante frustrante y paralizante no saber por dónde empezar”.

ÚLTIMAS NOTAS
Compartir nota
Sitio creado por
menuarrow-left
error: Atención: ¡El contenido está protegido!
linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram