Lo reveló un informe elaborado por UNICEF. Afecta a niños de entre dos y cuatro años que son víctimas de algún tipo de maltrato físico o psicológico por partes de sus cuidadores.
Crecer en un entorno libre de violencia es crucial para el desarrollo cognitivo de los niños. Sin embargo, cerca de 300 millones son habitualmente víctimas de algún tipo de disciplina violenta por parte de sus cuidadores. La información resulta del último relevamiento difundido por UNICEF
La cifra significa que tres de cada cuatro menores son sometidos a este tipo de prácticas. El grito, el menosprecio, el zamarreo, la cachetada y golpes son algunos actos de agresión que sufren los en Argentina. En tanto, 250 millones -alrededor de 6 de cada 10- son castigados por medios físicos.
“A nivel mundial, 1.100 millones de cuidadores (o algo más de 1 de cada 4) dicen que el castigo físico es necesario para criar o educar adecuadamente a los niños”, detalla el documento.
Y alerta sobre las pobres -o inexistentes- leyes que existe sobre el tema. “Sólo 59 países han adoptado una legislación que prohíba totalmente el castigo corporal contra los niños”, advierte el informe.
En consecuencia, “más de 600 millones de niños menores de 5 años sin protección jurídica plena”. Por eso, UNICEF además puso a disposición de los Gobiernos una guía a fin de combatir el flagelo.
El seguimiento lleva el título de "Una situación habitual: violencia en las vidas de los niños y los adolescentes". Midió la prevalencia de distintas formas de violencia que sufren niños y jóvenes entre 1 y 19 años en la última década.
Los resultados son escalofriantes porque en el país el 54,4% de los niños de entre 2 y 4 años recibe algún tipo de agresión. La situación es más preocupante aún teniendo en cuenta que el castigo es producido por sus cuidadores.
Según el estudio, el porcentaje se reduce a un 44,1% entre los de 5 a 14 años. Además, arrojó que en el 63% de los hogares se utiliza la agresión verbal, en el 40% el castigo físico y en un 10% castigos físicos severos. Sin embargo, en muchos casos estas prácticas se utilizan combinadas.
Con el texto, Unicef planteó el objetivo de “alentar a los gobiernos, organizaciones e individuos a reconocer el alcance de la violencia e intensificar los esfuerzos para ponerle fin”.
“Erradicar la violencia hacia los niños es una cuestión fundamental de derechos humanos y de justicia, y una forma de crear sociedades más pacíficas. Es responsabilidad de todos”, propone.
