Así lo expresó en diálogo con De Brown el ex campeón mundial crucero Marcelo Domínguez. El púgil volvió a calzarse los guantes a los 43 años en búsqueda del título de los pesados. Además, habló de sus 20 años como habitante de Claypole y sus ganas de trabajar con los chicos del distrito para seguir ampliando el horizonte del boxeo a nivel local.
En la Argentina, durante el 2013, el boxeo volvió a ser tan significativo y popular como lo fue a lo largo de los años, con Carlos Monzón, Nicolino Locche, Jorge “Locomotora” Castro, Pascual Pérez; y en la actualidad con “Maravilla” Martínez, Chino Maidana, entre otros. En el plano local, este deporte no dejó de crecer y con figuras como Lucas Priori y Marcelo Domínguez, Almirante Brown sigue en los primeros planos.
Domínguez tiene una amplia trayectoria. Fue campeón interino crucero del Consejo Mundial (CMB) en 1995, cuando derrotó al franco argelino Akim Tafer, en San Juan de Luz (Francia). Defendió el título en cinco ocasiones y luego lo perdió, en 1998, con el cubano Juan Carlos Gómez.
El púgil, que residió 20 años en Claypole, estuvo presente en un brindis que se llevó a cabo en la CGT regional en Adrogué y charló con www.debrown.com.ar sobre sus planes a futuro y sus deseos de impartir sus conocimientos a los jóvenes del distrito que compartan la pasión por este deporte.
El “Gordo”, que volvió a calzarse los guantes a los 43 años, ya lleva tres peleas desde su vuelta y todas ganadas en un buen desempeño. “Sigo peleando, tengo mi gimnasio y sigo ligado al boxeo”, señaló con vistas al 2014, donde buscará quedarse con el título de los pesados. Manifestó las ganas de enfrentarse a Matías Vidondo Díaz y luego sí, volver a editar una pelea con la Mole Moli, quien se encuentra suspendido tras un combate en el que fue descalificado en Talleres de Remedios de Escalada.
Ante la consulta de este medio sobre el poco conocimiento público de sus años vividos en el distrito, Domínguez explicó que siente a la zona sur como su hogar, el lugar en donde aún están sus "grandes amigos" aunque aclaró que actualmente reside en Ramos Mejía. "Me invitaron a esta actividad y es lindo volver a las raíces de uno", describió. Y agregó: “Sigo teniendo amigos acá desde hace 35 años; y es bueno venir y ver que Almirante Brown está muy lindo y mejorado”.
Por último, dejó la puerta abierta para en el futuro tener una chance de trabajar en el distrito e impulsar el boxeo en el barrio que lo vio crecer. “Siempre es bueno y positivo donde uno pueda trabajar, ayudar y más si es donde uno afloró como persona. Sería un placer”, concluyó.
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