Desde su lanzamiento, miles de personas optaron por probarlo. Pero este método de reemplazo ¿Se convirtió en una amenaza para la salud?. Conocé los detalles.
El vapeo o cigarrillo electrónico comenzó en Argentina como una solución a tantos fumadores que buscaban alejarse del vicio o continuarlo, pero de una manera menos dañina para el organismo. Sin embargo, con el paso de los años, los médicos empezaron a advertir sobre posibles consecuencias físicas de esta práctica.
Es un sistema creado en China en el año 2004, que utiliza una pequeña batería para calentar una solución líquida y convertirla en vapor. Su diseño generalmente imita un "pucho" o una pipa. El aparato suele tener un cartucho recambiable o recargable, pero también existen descartables.
Gran parte de ellos contienen sustancias químicas incoloras y sin sabor como propilenglicol y glicerina vegetal, que crea un vapor inhalable cuando se somete a una temperatura alta. Si bien estos productos son considerados aditivos alimentarios, aún no se estudian sus efectos por inhalación a largo plazo.
Estos suelen ser tos, dolor en el pecho, dificultades para respirar, fatiga y vómitos. A raíz de ello, muchos recibieron oxígeno, otros tuvieron que ser conectados a respiradores.
Por el momento no se logró identificar específicamente ningún dispositivo, ingrediente o aditivo como causante de daños en la salud. Como estos dispositivos no queman tabaco, muchos expertos coinciden en que podrían tener menos efectos perjudiciales que los cigarrillos tradicionales; pero los electrónicos quizás contengan alguna sustancias nocivas, como carcinógenos, sustancias químicas tóxicas, y delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), el ingrediente psicoactivo de la marihuana.
En este contexto y tras una investigación de los productos, Nueva York se focalizó en el acetato de vitamina E, utilizado como un espesante, especialmente en los cartuchos que se venden en el mercado negro. En este contexto, emitió citaciones a tres compañías que venden aditivos de vapeo hechos del acetato de esta vitamina. Es que necesitan conocer más sobre los ingredientes, las materias primas y las condiciones de seguridad.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos no los aprueba en este punto. Los estudios para probar si los cigarrillos electrónicos pueden ayudar a dejar el tabaco han dado resultados mixtos. Sin embargo, no hay suficiente evidencia que compare la seguridad y eficacia de estos dispositivos con tratamientos establecidos y basados en evidencias.
En nuestro país, se venden libremente a pesar de estar prohibida su comercialización. Así lo señaló días atrás la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), organismo que nuclea a neumonólogos y profesionales de la salud respiratoria de todo el país.
