Con la llegada del otoño, aparecen las primeras gripes, resfríos y alergias del año. Conocé cómo prevenir estos males.
Hay enfermedades que son más frecuentes en una determinada estación del año. En el caso del otoño, las protagonistas son las alergias, gripe, resfríos, neumonía y asma bronquial. Para este tipo de afecciones, nada mejor que la prevención.
Realizar ejercicio físico, tener las vacunas al día y dejar de fumar son los pilares que la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) propone para mantener sanos los pulmones.
Es fundamental también evitar las corrientes frías de aire, controlar el uso de calefactores que generen un fuerte cambio climático y llevar la ropa adecuada para protegerse de las bajas temperaturas.
El ejercicio regular mejora la calidad de vida, permite libera endorfinas y reduce la mortalidad, ya que previenen enfermedades coronarias y benefician a pacientes con diabetes, hipertensión, obesidad, depresión y osteoporosis, entre otras.
Las personas con enfermedades pulmonares crónicas mejoran sus síntomas mediante el ejercicio regular. Es aconsejable iniciar la actividad física en forma temprana para evitar la progresión de la enfermedad y tener que acudir a la rehabilitación.
La AAMR remarca la importancia de la vacunación contra la Gripe en toda la población de riesgo, así como para Neumococo en sus 2 presentaciones: conjugada y no conjugada.
En cuanto a la vacuna contra la gripe se recomienda proveérsela a los niños a partir de los 6 meses sin límite máximo de edad y también a las personas con mayor riesgo de complicaciones: es decir adultos mayores de 65 años, adultos y niños con afección crónica pulmonar y/o cardiovascular, diabetes, insuficiencia renal, e inmunosupresión (incluyendo VIH +) entre otras.
Con respecto a la neumonía, el neumococo es el agente microbiano causal más frecuente y Argentina cuenta con 2 vacunas para ello. Las autoridades sanitarias la aconsejan en adultos que integran grupos de alto riesgo de padecer enfermedades pulmonares crónicas, diabetes, infección por VIH, enfermedades hematológicas y renales, tratamientos con quimioterapia o corticoides, trasplantes de órganos.
Los adultos con problemas respiratorios como EPOC y asma tienen mayor riesgo de infecciones pulmonares y/o de complicaciones de las mismas, muchas de las cuales pueden prevenirse con vacunas.
El tabaco es el mayor enemigo de los pulmones. Su consumo es un factor de riesgo para seis de las ocho principales causas de muerte a través del cáncer, la enfermedad cardiovascular y las enfermedades respiratorias crónicas.
Las 7.000 sustancias que componen el humo del tabaco y el mecanismo de daño están extensamente documentados. Dejar de fumar produce significativos beneficios en forma inmediata y se observa la reducción de importantes riesgos de enfermedad y muerte a los pocos años de no fumar.
Decirle no al cigarrillo no es una tarea sencilla, pero sus frutos son recompensables ya que previenen la aparición de posibles enfermedades asociadas de una forma más directa al tabaquismo.
