Sebastián Ávalos es de Rafael Calzada. Se dedica a repartir las cartas y paquetes del correo, una tarea que fue considerada esencial desde el inicio de la cuarentena. Conocé su historia.
El trabajo del cartero es muy sacrificado. No importa el calor, el frío ni la lluvia. Ellos deben cumplir con sus obligaciones y seguir. Es así como la pandemia del Coronavirus los encuentra en la calle, exponiendo sus vidas para entregar los recados en tiempo y forma.
Sebastián Ávalos es de Rafael Calzada y hace varios años recorre las calles de zona sur llevando todo tipo de correspondencia a los vecinos. El Covid-19 no lo detuvo, pero la manera de relacionarse con la gente ya no es la misma que hace dos meses atrás.
"En nuestra profesión tenemos que adaptarnos a todas las situaciones. Usamos un teléfono especial para evitar que el cliente tenga contacto con la lapicera y la carpeta. En el domicilio presenta su DNI y se hace una foto de los dos lados", explicó en diálogo con www.deBrown.com.ar.
Además del bolso lleno de cartas, impuestos, mensajes e historias, ahora los carteros incorporaron otros elementos fundamentales para continuar con la actividad y evitar el contagio. "Usamos barbijos, guantes descartables y hace poco también nos brindaron gafas protectoras", detalló.
Con el aislamiento social obligatorio, ya no hay la misma cantidad de personas circulando y hasta algunos sitios están desiertos. En ese contexto, los carteros no sólo duplicaron su trabajo sino que también se volvieron un blanco fácil de los robos.
"La gente compra más cosas por la aplicación y nosotros somos los encargados de entregarlas. Los servicios siguen llegando con normalidad. Cuando recorro los barrios siento que estoy muy expuesto y pido que nada malo me pase", sostuvo Sebastián a este medio.
Pese a todos los peligros a los que se expone diariamente, el browniano remarcó que nunca se le ocurrió retirarse temporalmente de la profesión por la pandemia. "Es el trabajo que elegí y me gusta. Además, tengo una familia que dependen de mí", agregó.
En este marco, Ávalos cumple al pie de la letra con todas las recomendaciones que el protocolo indica a la hora de repartir y así disminuye al mínimo las posibilidades de contraer la enfermedad. "Al Coronavirus no le tengo miedo, sólo respeto. No me gustaría contagiar a ningún ser querido por no tomar las medidas necesarias de prevención", indicó.
El tiempo libre lo encuentra alejado de las cartas y paquetes. Sebastián practica kick boxing hace 10 años y cuenta con un gimnasio en Calzada. Se trata del centro de entrenamiento "Doble Impacto", donde da clases y varias de sus alumnas se consagraron campeonas en diferentes torneos.
En cuanto a su carrera deportiva, en 2016 representó a Argentina en el Panamericano de WAKO. El evento se realizó en México. Se hizo merecedor de la medalla de oro.