La OMS informó que se trata de un récord histórico de la enfermedad. El aumento respondería a la falta de acceso a los servicios de salud y el bajo nivel de conciencia respecto de la importancia de vacunarse. Conocé todos los detalles.
El sarampión es una enfermedad virósica que a mediados del siglo pasado estaba en vías de desaparecer gracias a la eficacia de las vacunas. Sin embargo, reapareció en el mundo hasta alcanzar un récord histórico.
Según datos difundidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los primeros siete meses del año se registraron 364.808 casos, tres veces más que los 129.239 en el mismo período de 2018.
Entre los países más afectados se encuentran Madagascar (127.000), Ucrania (54.300) y la República Democrática del Congo (7.500). Además se han producido importantes brotes en Angola, Camerún, Chad, Kazajistán, Nigeria, Filipinas, Sudán, Sudán del Sur y Tailandia.
La enfermedad se expande en naciones ricas y pobres por igual. En Europa, en el primer semestre, el número registrado fue de 90.000, más que la cifra total de 2018 (84.000). La OMS también destacó que las cifras de Estados Unidos (1.100) son las más altas en 25 años.
Pese a que existe una vacuna mue eficaz para prevenir esta afección, las razones de este incremento estarían relacionadas con:
Lo positivo es que se detectó un descenso del 15 por ciento de los casos reportados en todo el continente americano. En Argentina, desde que se erradicó la afección hasta diciembre del año pasado, se detectaron 43 casos confirmados. Según informaron desde la Secretaría de Salud, los principales brotes posteriores a la eliminación fueron en 2010, 17 casos, y 2018, 14.
Se trata de una enfermedad muy contagiosa causada por un virus que se reproduce en la nariz y en la garganta. Al toser, estornudar o simplemente al hablar, las gotas infectadas se expulsan al aire, donde otros pueden inhalarlas. También al depositarse sobre una superficie, permanecen activas durante varias horas.
Los síntomas, que aparecen entre 8 y 13 días después de la exposición al virus, son:
Es una enfermedad que puede complicarse fácilmente, con infecciones de oído, ceguera, neumonías, diarrea severa y deshidratación, problemas en el embarazo, desnutrición o encefalitis (inflamación del cerebro), que son más comunes en los niños menores de 5 años o en adultos mayores de 20.
En caso de epidemia, en poblaciones con elevados niveles de desnutrición y falta de atención adecuada, hasta un 10% de los enfermos pueden morir, y en la mayoría de los casos será debido a algunas de estas complicaciones.
El sarampión puede prevenirse con la inoculación de dos vacunas durante la infancia. La primera dosis para los bebés generalmente se administra entre los 12 y 15 meses, mientras que la segunda suele darse entre los cuatro y seis años.
En caso de algún viaje al exterior antes del año del niño, será necesario consultar con el médico acerca de recibir la vacuna antes de lo previsto.
