La fecha conmemora la lucha de las hermanas Mirabal, activas militantes, que fueron asesinadas por el régimen de Trujillo en República Dominicana. Conocé su historia.
Este lunes es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La fecha nació en 1960 en República Dominicana. Recuerda la muerte de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, quienes fueron brutalmente asesinadas por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo.
Eran cuatro y pertenecían a una familia rural pero acomodada. Su papá era un hombre de negocios muy exitoso. Sin embargo, todo comenzó a andar mal cuando Trujillo llegó al poder. Es que perdieron buena parte de su fortuna.
Convenidas que el dictador llevaría al país a la destrucción, Minerva y María Teresa, se sumaron a una agrupación política 14 de junio. Se trataba de un grupo de oposición y resistencia al sangriento régimen. Dentro de este clan eran conocidas como “Las Mariposas”.
El camino de resistencia no fue nada sencillo. En aquella época, el país estaba controlado por el Servicio de Inteligencia Militar. Fue así como las hermanas fueron encarceladas, violadas y torturadas. También quedaron tras las rejas sus maridos. En aquel momento, ellas tenían entre 26 y 36 años, y cinco hijos en total.
El 18 de mayo de 1960 Minerva, María Teresa y sus esposos fueron juzgados “por atentar contra la seguridad del Estado dominicano”. La condena fue de tres años de prisión. Pocos meses más tarde, Trujillo ordenó que sólo las mujeres fueran liberadas. Todo era parte de una trampa.
El dictador dio órdenes claras. En primer lugar que se trasladara a los hombres a la cárcel de la ciudad donde vivían. Esto achicaba las distancias y facilitaba las visitas. Además, pidió que cuando ellas viajaran a visitarlos fueran asesinadas. Todo tenía que parecer un accidente vial. Sin embargo, nunca hubo dudas de que se trató de un crimen.
El 25 de noviembre, como era habitual, viajaban con el chófer y otra de las hermanas, Patria, quien también apoyaba la causa. Cuando regresaban de visitar a sus maridos, fueron interceptados y las tres mujeres obligadas a subir a otro auto para ser trasladadas a su casa.
Un escuadrón enviado por el dictador las ahorcó con pañuelos de seda. Cuando estaban agonizando las apalearon y sus cuerpos, incluido el del conductor, fueron arrojados al fondo de un barranco para simular un accidente.
Según cuenta la historia Minerva, antes de morir, dijo: “¡Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte!”.
Los asesinatos representaron uno de los detonantes de la caída de Trujillo. Las hermanas se convirtieron en un símbolo de la lucha contra la violencia de género que afecta a las mujeres de todo el mundo.
Fue en 1981, en Bogotá, Colombia durante el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. Allí se declaró que el 25 de noviembre se instituyera como el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres, recordando la muerte de “Las Mariposas”.
En Argentina, al año siguiente, se creó la Asociación de Trabajo y Estudio de la Mujer (ATEM) 25 de Noviembre, en alusión a la fecha ya instaurada. La entidad investigó la situación de las mujeres militantes detenidas y torturadas por el gobierno de facto de Argentina y visibilizó esta situación desde una perspectiva de género.
Según el último informe difundido por el Observatorio Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá) fueron 226 los femicidios ocurridos este año, entre el 1 de enero y el 31 de octubre. Esto representa una muerte cada 32 horas. A su vez, 195 niños, niñas y adolescentes se quedaron sin su madre.
Del informe se desprende que en el 47% de los homicidios la franja estaba comprendida entre los 19 y 41 y en el 10%, hasta los 12. Otro número alarmante es que el 18% de mujeres asesinadas habían denunciado previamente a su atacante. Además, el 7% de los femicidas pertenecían a alguna fuerza de seguridad.
En el 40% de los asesinatos, el agresor era la actual pareja; el 28%, su ex; el 16%, un conocido y el 10%, un familiar.
De estos relevamientos se desprenden que el 37% de los trágicos episodios tuvieron lugar en la vivienda de la víctima y el 25% en el hogar compartido. En el 20% de los casos, el homicida se suicidó.
La modalidad predominante para cometerlos fue con un arma de fuego, en un 26%. Siguiendo la lista, el 30% de las muertes se efectuaron con arma blanca; el 17%, a golpes; el 13% por asfixia; y el 8% al ser quemadas.
