Se trata de Carlos Humberto Moresco. Trabajó la mayor parte de su vida en el hospital Evita de Lanús. "Era una persona muy interesada en hacer el bien a los demás", contó su esposa a De Brown.
El corazón es un órgano vital en el cuerpo de todo ser humano. Los románticos dicen que a través de éste odiamos, amamos, sentimos. Carlos Humberto Moresco se encargaba de cuidar los corazoncitos de los más pequeños.
“Lo que más recuerdo es su profesionalismo, sus ganas de trabajar. Era una persona muy interesada en hacer el bien a los demás, tratando de solucionarle los problemas. Muy alegre, siempre estaba con algún chiste, con algo para que el otro se sintiera bien”, recordó Alicia, su esposa, en diálogo con www.deBrown.com.ar.
El vecino de Adrogué era cardiólogo pediátrico. Trabajó durante más de tres décadas en el hospital Evita de Lanús, donde su gran vocación lo llevó a ser Jefe de Servicio. Falleció el viernes de la semana pasada, a los 69 años, a raíz de una enfermedad.
“En Banfield era director de un instituto y ahí los empleados lo querían muchísimo porque él lo que hacía era tratar de que se superarán, ayudó a muchos a que pudieran terminar la secundaria o darle trabajo a la persona que lo necesitaba”, contó a modo anedótico.
El browniano estudió medicina en la Universidad de Buenos Aires. Se recibió en 1975. Su amor por los niños lo llevó a dedicarse a la pediatría. “Le gustaba poder acercarse a ellos a través de una sanación”, reveló.
Moresco era padre de tres hijos y abuelo de nueve nietos. Si bien residía actualmente en Adrogué, era mayormente conocido en José Mármol. Es que allí había vivido anteriormente durante 15 años. También su nombre resonaba por las calles de Lanús, donde trabajaba. Sin duda dejó una gran huella en la Región.
