Vecinos y personal de los hospitales Lucio Meléndez y Arturo Oñativia, advierten sobre el deplorable estado de los recintos que alojan a los niños recién nacidos y el posible cierre de estas áreas de atención. Denuncian falta de personal, fondos y equipamiento; y reclaman al Gobierno bonaerense una acción inmediata para resolver la larga lista de pendientes.
Crece la preocupación de los brownianos y de los trabajadores de los hospitales Lucio Meléndez, de Adrogué; y Arturo Oñativia, de Rafael Calzada; ante la grave situación en la que se encuentran las salas de neonatología.
Es que los años pasaron, las promesas se diluyeron y los arreglos nunca llegaron. ¿Las víctimas? los recién nacidos, quienes gracias a los esfuerzos de los médicos y enfermeras que los asisten, logran pasar por allí sorteando las dificultades que les impone la ausencia de decisión política.
Según advierten desde ambos centros de salud provinciales, el Gobierno bonaenrese no envía los recursos correspondientes para que se concreten los arreglos. Además, denuncian falta de personal, de equipamiento e insumos para asistir a los bebés.
“Mientras se siguen inaugurando UPA en todos lados, que son sólo carcasas, porque muchas de ellas tienen nada más que 2 o 3 profesionales adentro; seguimos viendo como el hospital se los cae en la cabeza”, expresó una de las médicas del Meléndez.
Lo cierto es que, pese a que ahora la mirada está puesta en las salas de neonatología, la infraestructura de los dos hospitales, que dependen de la Provincia, se encuentra en mal estado y pone en emergencia la atención de los vecinos del distrito que dependen de la salud pública.