Las altas temperaturas incrementan el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por los productos comestibles. Es necesario extremar las medidas al cocinarlos y almacenarlos. Conocé los detalles.
Por el intenso calor y la humedad ambiente, los alimentos son más susceptibles al desarrollo microbiano, que pueden originar diversos malestares si no son manipulados con cuidado.
Para evitarlos, los especialistas médicos brindan una serie de recomendaciones a tener en cuenta a la hora de elaborar y guardar las comidas. Así lo advirtieron a través de la web oficial de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica ANMAT.
Al hacer las compras, es importante comenzar por los productos que no necesitan refrigeración y dejar para el final los perecederos, como carnes, pescados, aves, lácteos y productos congelados.
Los productos congelados deben conservar la temperatura indicada en el envase. De no ser así, informá esta situación a quien esté a cargo del local.
Si se solicita el envío de la mercadería a domicilio, es útil llevar aquellos productos que necesita refrigeración. De no poder concretarlo, confirmar que permanezca el menor tiempo posible a temperatura ambiente. Al recibirla, colocala inmediatamente en el refrigerador o freezer.
Utilizar siempre agua potable, no sólo para lavarse las manos y los utensilios que se vayan a usar para cocinar, sino también para preparar hielo, jugos o mamaderas.
Lavarse con frecuencia las manos y las superficies de la cocina. También higienizar las frutas y verduras antes de ser consumidas, para prevenir la contaminación microbiana y la presencia de productos químicos.
Cocinar completamente los alimentos antes de consumirlos. Para manipular carnes y otros alimentos crudos se deben emplear utensilios diferentes, separando siempre los alimentos crudos de los cocidos.
Durante los días de calor, los alimentos listos para consumir no deben permanecer fuera de la heladera por más de una hora antes de comerlos, recalentarlos, refrigerarlos o congelarlos. Se deberán desechar los sobrantes de comida que hayan permanecido sin refrigeración un tiempo mayor al mencionado.
Es fundamental no cortar la cadena de frío. Si se los transporta fuera del hogar para picnic, días de playa, etc, se debe hacer en las cantidades justas a consumir y siempre en forma refrigerada (heladera portatil) y tendrán que estar protegidos del sol.
Si esto no es posible, elegí alimentos que soporten mejor las condiciones de temperatura ambiente (frutas o desecados).
Para descongelar adecuadamente los alimentos, colocar dentro de la heladera o utilizar el horno microondas seguido de su cocción inmediata.
En el caso de alimentos congelados en porciones chicas, éstos pueden cocinarse directamente sin descongelación previa. No se recomienda descongelar a temperatura ambiente.
Los especialistas advierten que “no se deben consumir alimentos en puestos callejeros que no tengan provisión de agua potable, ni jugos, bebidas o helados de procedencia desconocida”.
Tampoco se recomienda la compra de huevos que tengan la cáscara sucia o rota. Deben conservarse refrigerados en su envase original, separados de otros alimentos listos para consumir. Para consumirlos, tendrán que ser bien lavados.
