Lo corroboró un relevamiento del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. 12 mil de ellas serán destruidas y 6.800 necesitan ser reparadas. Tenían municiones viejas o húmedas.
El dato es alarmante. Los primeros sondeos que se realizaron en ciudades como Lomas de Zamora, Tigre, Lanús, Pinamar, Villa Gesell, evidenciaron que el 2 de cada 10 armas, que se destinaban a la mayor fuerza policial del país, no funcionan.
El inventario de insumos de la Bonaerense reveló que sobre 2.703 equipos, un 15,6 por ciento no andaban o requerían un recambio y; a otro 7 por ciento se le debía cambiar el cargador.
De igual modo, 6.800 de ellos precisaban un service. En el caso de las pistolas 9 milímetros, que son las que los uniformados usan de forma reglamentaria, poseían municiones viejas o húmedas.
Esta realidad es similar tanto en el Interior de la provincia de Buenos Aires como en el Conurbano. En la mayoría de los casos, cerca del 20 por ciento tenía un arma obsoleta, había que repararla o directamente canjearla.
Para la cartera de Seguridad esto se explica en dos razones: que el equipamiento es añejo y no hubo recambio de armas para los agentes y que no había un sistema de distribución eficiente.