Tiene 39 años y atiende la salud de Diego desde 2017. Fue quien lo ayudó a bajar 11 kilos en plena cuarentena. ¿Cómo es su relación con el "10"? Conocé su historia.
Durante los últimos días, el estado de Diego Armando Maradona preocupó a los argentinos. Tras quedar internado en una clínica de La Plata, debió ser trasladado a Olivos para ser operado de un hematoma subdural. La intervención fue positiva y se recupera de manera favorable, pero debió atravesar horas críticas.
La figura de Leopoldo Luque tomó una dimensión que él nunca se habría imaginado. En sus manos tuvo la vida de una de las figuras más importantes del mundo futbolístico y pudo culminar la cirugía con éxito. Tras el hecho, los fanáticos lo despidieron de la puerta del nosocomio como un verdadero héroe.
Tiene 39 años, está casado con Romina y es padre de Luna y Tomás. Si bien nació en Lanús, es vecino de Adrogué desde hace varios años. Se formó en la Universidad de Buenos Aires y es miembro de la Asociación Argentina de Neurocirugía y de North American Spine Society.
En su ambiente es considerado uno de los mejores profesionales. Es neurocirujano y especialista en cirugía cerebral y de columna. Trabaja en la Fundación Barceló desde 2014 y creo su propio centro "Columna Baires". Ingresó a la vida deMaradona en 2017 cuando fue recomendado por un colega para que lo atienda por su problema para conciliar el sueño y poder descansar.
De ahí en más, caminan juntos para todos lados. Con el arribo de Diego a la conducción técnica de Gimnasia de La Plata, se convirtió en su médico de cabecera. Durante la cuarentena logró que baje 11 kilos a base de procedimientos fitness y dieta.
Leopoldo es hincha de Independiente y amante de las motos, rodado que utiliza para dirigirse a las clínicas. Dentro de las canchas se define como un mediocampista de marca y, a la hora de mover la pelota, lo hace bien. Sin embargo, la primera vez que "Pelusa" lo vio patear le dijo: "Tenés los pies redondos, sos horrible. Es una falta de respeto; no a mí, a la pelota, pedile perdón", bromeó.
La vida del vecino de Adrogué cambió desde que Maradona se convirtió en su paciente. Ahora, lidia con cámaras de televisión, entrevistas y partes médicos masivos para llevar tranquilidad no sólo al circulo íntimo del diez, sino también a los argentinos. Veinte minutos después de haber culminado la operación confirmó públicamente que la intervención había sido exitosa y se llevó una ovación de la multitud, cual jugador de fútbol.
