En Cardiff, se impusieron por 43-20 ante los europeos y repitieron la hazaña de 2007. El domingo próximo, a las 13, jugarán las semifinales ante Australia, que venció a Escocia 35-34 con un penal en el último minuto.
Como hace 8 años, Los Pumas se metieron en la semifinal de un Mundial. Dejaron sin nada a Irlanda por un contundente 43-20. La combinación ideal de un seleccionado que ilusiona en Inglaterra y avanza.
El equipo argentino tuvo un buen arranque y cierre. En los primeros y últimos diez minutos del encuentro fueron precisos y definieron el encuentro que tuvo una intensa lucha en el breakdown y en las formaciones fijas.
Los tries de Moroni e Imhoff que abrieron la cuenta y marcaron el rumbo. Luego de esa ráfaga inicial, mermaron el vértigo y fueron más pausados. Eso permitió que Irlanda tomara protagonismo y, obligada por las circunstancias, saliera decidida a quebrar la resistencia argentina cerca de las formaciones. Allí, el equipo de Schimdt se hizo fuerte y pudo llegar al try.
Afortunadamente, la paridad del desarrollo del primer tiempo no se evidenció en el score que favoreció a los conducidos por Hourcade con un colchón de diez puntos.
Esas unidades permitieron que Los Pumas nunca estuviesen abajo en el marcador, aun cuando Irlanda tomó las riendas del match en la primera parte del complemento. Allí, se vio la mejor defensa “Albiceleste” y los esfuerzos por parte de los europeos para poder doblegarlos.
La intensidad física comenzaba a menguar por los nervios, pero Nicolás Sánchez le permitió al seleccionado nacional cerrar el trámite como lo habían empezado. En los últimos quince minutos, Argentina se serenó y definió con personalidad.
El próximo domingo 25 de octubre a las 13 de Londres, Los Pumas jugarán la segunda semifinal de su historia ante Escocia, donde dejarán todo en busca de que el sueño continúe.