Mientras Brown de Adrogué obtuvo el campeonato y logró el ascenso al Nacional B, Claypole penó todo el torneo en los últimos puestos de la Primera D y estuvo muy cerca de la desafilicación. San Martín de Burzaco, en su primer año en la C, aseguró la permanencia, pero sufrió varios inconvenientes a lo largo del certamen.
El cierre de temporada futbolística arroja asimétricos balances en los clubes más representativos del distrito. Mientras algunos cosecharon buenas actuaciones y aseguraron la continuidad de sus cuerpos técnicos; otros cortaron los vínculos con su entrenador y deberán renovar objetivos y métodos para el 2016.
Brown de Adrogué volvió a ser el protagonista excluyente. Con la meta de volver a la B Nacional, no realizó contrataciones de renombre, pero sí muy efectivas que construyeron los cimientos de lo que se terminó convirtiendo en un gran equipo.
Adrián Maidana llegó para manejar el mediocampo, la dirigencia apostó por la experiencia de Martín Ríos bajo los tres palos y en la delantera arribaron Maximiliano Brito y Alejandro Quintana. Gastón Grecco, el histórico goleador de la institución, pegó la vuelta para aportar su olfato en el área adversaria.
Tras un buen arranque, sintió el esfuerzo físico y empezó a perder soldados que resintieron su rendimiento. Vicó trató de tapar esos huecos, pero su escuadra recién recuperó el nivel cuando contó con su plantel en óptimas condiciones.
El “Bigotón” germinó una idea que sus dirigidos tomaron y la hicieron florecer. Con tardes buenas y malas, siempre intentaron jugar un fútbol vistoso, ofensivo y simple. El ascenso al Nacional es un reconocimiento para el DT por intentar algo distinto en una categoría áspera, donde prevalece la pierna fuerte y el pelotazo.
“Hemos defendido con nuestras armas una manera particular de entender este deporte. Uno establece los parámetros, pero son los jugadores quienes la desarrollan y determinan el éxito de ella o no. A principios de la temporada nos trazamos una meta que afortunadamente pudimos cumplir”, expresó el técnico en dialogo con www.deBrown.com.ar.
La dirigencia encabezada por Adrián Vairo y Martín Camarero ya acordaron la continuidad de Vicó y están en tratativas para no desmembrar la columna vertebral de la formación que consiguió el campeonato.
En 2016 encararán un desafío en una divisional nueva, donde enfrentarán a rivales de más jerarquía, pero llegarán con sueños y aspiraciones renovadas.
El “Tambero” comenzó el año con Diego Piñeiro en el banco de suplentes. Con promesas de renovación, el flamante DT se hizo cargo de la Primera y de las divisiones inferiores, con la premisa de instalar un estilo de juego que represente a toda la institución.
Sin embargo, el protagonista a lo largo del campeonato fue Claudio Caballero. El integrante de la por entonces Comisión Normalizadora, se encargó de ahuyentar y expulsar a cualquiera que intente cuestionar su autoridad. Siguiendo ese razonamiento, expulsó jugadores, entrenadores de inferiores y técnicos.
Piñeiro dejó su cargo y asumió Javier Silva Giménez con Juan Zicarelli. Con un plantel diezmado y presupuestos cada vez más reducidos, el objetivo principal del elenco “Blanquinegro” fue evitar la desafilicación.
Jugando como pudo y con los jugadores que le quedaron, alcanzó la decimocuarta posición en un torneo conformado por 16 clubes. Con Caballero alejado de la institución, una nueva comisión intentará reconstruir una entidad seriamente dañada.
En dialogo con este medio, el nuevo presidente, Gustavo Ogni, adelantó que será Gastón Galarza quién dirigirá al primer equipo la temporada que viene. Asimismo remarcó que, más allá del fútbol, se centrarán en revitalizar la actividad social de Claypole.
San Martín de Burzaco esperó seis años para dejar la Primera D y pegar el salto de categoría. Tras varias frustraciones acumuladas, inició su recorrido con la premisa de asegurar su permanencia y llegar al final del certamen, cerca de los puestos del Reducido.
A pesar de contar con nombres de pasado en Primera División, como Alejandro Delorte y Marcelo Ricci, los dirigidos por Cristian Ferlauto nunca alanzaron una regularidad que le permita dar un paso más en sus aspiraciones.
El 4 de mayo murió Emanuel Ortega tras impactar su cabeza contra uno de los muros que se encuentran al costado del campo de juego. Esta pérdida fue un duro golpe que varios de los muchachos azules no pudieron asimilar.
Daniel Sosa y Maximiliano Ortigoza fueron las individualidades más destacadas en un conjunto que terminó en la decimosegunda posición. Los resultados son irrebatibles, pero es cierto que “Sanma” perdió varias unidades con adversarios de menos poderío, que le hubieran permitido estar más cerca de la pelea.
Con un éxodo masivo de jugadores y sin la certeza de quién llegará, Ferlauto arreglo su continuidad y tendrá su revancha en el 2016.
“Hay cosas por mejorar, pero en general el balance es positivo. Seguiremos trabajando para seguir afianzándonos e intentar subir algunos lugares más en la tabla de posiciones”, concluyó el entrenador en declaraciones a Noticias de Brown.
