Se reducirá un 5%. Sin embargo, llenar el tanque costará 27% más que hace un año. Con esta reducción, el litro de súper habrá pegado un salto de $8,9 a $11,3 en los últimos doce meses. Durante 2014, se produjeron un total de siete aumentos.
Tras la baja en el precio de los combustibles, naftas y gasoil, que comenzará a regir desde el 1° de enero 2015, llenar el tanque para viajar será un 27% más caro que hace un año atrás. La nafta súper tendrá un valor mínimo de $11,31 en Capital Federal, mientras que hace doce meses se conseguía a partir de $8,9.
El ejemplo más claro se puede obtener al calcular el costo en combustible de un viaje veraniego en auto entre Buenos Aires y Mar del Plata. Los 400 que separan a ambas ciudades se completan con 42 litros de nafta súper, que en enero costarán $474,6 frente a los $373,8 de hace un año.
El Ministerio de Economía anunció una reducción del 5% en el valor interno de los combustibles para mostrar en los surtidores locales una correlación con la baja en el precio internacional del petróleo.
A lo largo del 2014, el Gobierno promovió un aumento generalizado en los combustibles que en gran parte tuvo como objetivo aumentar la facturación en dólares de las compañías del sector para favorecer la llegada de inversiones. En el caso de YPF, donde el sector público tiene el 51%, en acelerar los trabajos de exploración y explotación.
Entre enero y diciembre se produjeron 7 incrementos en el precio del combustible. El primero fue el 2 de enero con 7%, y le siguieron febrero, 6% y marzo 6,1%. Fueron los más agresivos, en gran parte debido a la devaluación del peso a principio de año. Luego llegaron abril, 5,4%; mayo, 3,8%; julio, 4% y septiembre, 4%.
Así la longitud del salto en el litro de súper fue de $8,30 a los actuales $11,91. La magnitud de los cambios alteró los volúmenes de ventas de combustibles, según surge de la base de datos de la Secretaría de Energía. En concreto, parte de los consumidores de nafta premium se pasaron a súper.
El plan
El plan de contingencia coordinado por el Gobierno, las provincias productoras de hidrocarburos, las petroleras y las refinerías contempla una baja en el precio de naftas y gasoil "sin afectación de rentabilidad de estaciones de servicio", aunque este sector salió a rechazar la iniciativa.
El acuerdo anunciado implica también "mantener el nivel de la actividad petrolera", así como que los "sindicatos no pierdan fuentes de trabajo" y que las "provincias mantengan la producción interna", remarcaron desde el gobierno nacional.