En América de cada 10 partos, 4 son por este método. En la Argentina, los números son similares, el 35 por ciento de los nacimientos se dan por intervención quirúrgica, pero el porcentaje llega al doble cuando ocurren en los ámbitos privados. ¿En qué casos son realmente necesarias?
Con un duro informe, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre el crecimiento de la práctica de nacimientos por cesárea en todo el mundo. De acuerdo al organismo, estas rondan el 40% en los países americanos. Esta cifra se duplica en la atención privada, alcanzando el 70 por ciento.
Entre las razones por las que se da este fenómeno se encuentran: la suba en la cantidad y edad de pacientes que atender y la falta de tiempo para dedicarle a cada madre. Esto ocurre especialmente en los ámbitos públicos, donde las instituciones sanitarias se ven desbordadas.
“Es fundamental enfocarse en las necesidades de cada mamá y desalentar el sistema que intenta alcanzar una tasa determinada de partos, lo cual coloca a las mujeres y a sus bebés en riesgo de problemas de salud a corto y a largo plazo”, informó la OMS en su investigación.
Para los especialistas, otros motivos a tener en cuenta son, la existencia de nuevos métodos para detectar de forma temprana enfermedades congénitas, la información que circula sobre los riesgos de los partos naturales y los nacimientos múltiples, que en algunas ocasiones se dan por los tratamientos de fertilización asistida.
“La situación resulta preocupante. Los médicos, las parteras, las enfermeras obstétricas, los responsables de la formulación de políticas sanitarias, las madres y padres, y la sociedad entera, debemos trabajar juntos para reducir ese número y recurrir a la cesárea sólo cuando es necesaria por razones médicas”, analizó la directora del Centro Latinoamericano de Perinatología (CLAP) de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), oficina regional para las Américas de la OMS, Suzanne Serruya.
Por otro lado, el miedo materno también acrecentaría estas estadísticas. En el imaginario colectivo, el parto quirúrgico vendría a subsanar el dolor producido por el alumbramiento natural.
¿En qué casos es realmente inevitable la cesárea?
Cuando el parto tradicional, el vaginal, pueda significar un riesgo para el bebé o para su madre. Como así también, cuando tras un trabajo de parto prolongado hay sufrimiento fetal. Y, cuando el niño esté ubicado en una posición que no es la que se espera.
Asimismo, aquellas mujeres que ya han superado una o dos cesáreas y quedan nuevamente embarazadas seguramente deban recurrir una vez más a esta práctica. Lo mismo ocurre cuando se advierte una rotura uterina o tumor en el canal de parto.
Una cirugía mal hecha o innecesaria puede traer aparejados riesgos como discapacidad o muerte. Aquellas mujeres que no estén convencidas de esta intervención deben consultar con su doctor de cabecera y luego buscar una segunda opinión médica.