La próxima semana se presentará el alegato de la defensa. A partir de ahí los jueces tendrán 5 días hábiles para dictar sentencia. La Fiscalía y la Querella coincidieron en pedir una condena por homicidio simple agravado, pero mientras que la primera solicitó una pena de 12 años, la segunda pidió una de 20.
Casi dos años después de ocurrido el homicidio del jugador de fútbol de Banfield Lautaro Bugatto, su familia podría encontrar justicia a partir de los próximos días, cuando el Tribunal Oral en lo Criminal Número 10 de Lomas de Zamora resuelva la condena del acusado del crimen, el ex policía de la Bonaerense David Benítez.
Esta semana debían concluir los alegatos. Sin embargo, luego de que expuso la Fiscalía, durante la última audiencia, se cortó la luz justo en medio de la exposición que llevaba a cabo la Defensa. Por eso, el jueves próximo por la mañana se reanudará el final de la misma, que no duraría más de 15 minutos. A partir de entonces los jueces tendrán cinco días hábiles para llegar a una sentencia.
La Fiscalía pidió la imputación de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego, y una pena de 12 años. Si bien coincidió con la carátula del delito, los querellantes se diferenciaron en cuanto a la condena, al solicitar una de 20 años. Los defensores hicieron lo propio requiriendo la absolución o que, en caso de ser condenado, sea por exceso en la legítima defensa.
“Ellos siguen sosteniendo la versión del enfrentamiento, donde lo involucran a mi hermano como autor del intento de robo y enfrentamiento, y no hay nada peor que criminalizar a la víctima. Alegaron esto, como no tienen ninguna prueba desacreditan, a los peritos, a los testigos nuestros. Como nuestros testigos no tuvieron contradicciones porque todos redactaron la verdad desde su perspectiva, desde lo que vieron”, explicó en diálogo con www.deBrown.com.ar el hermano de la víctima, Gonzalo Bugatto.
Uno de los fundamentos vertidos por el abogado defensor que dejó perpleja a la familia de Lautaro fue que como la casa de ellos tiene dos entradas –una por la calle Goyena y otra por la avenida Monteverde- el joven pudo haber entrado por una y salido por otra, algo complejo, teniendo en cuenta que recibió un balazo en la espalda. Otro de los fundamentos que sorprendió e indignó fue el de que “directa o indirectamente” -siempre según el defensor de Benítez- Lautaro estuvo involucrado en el supuesto intento de robo.
Como si todo ello no fuera suficiente, también alegó que el hecho de que el fallecido tuviera medias diferentes daba indicio de que era una persona de condición humilde y que por eso habría salido a robar.
“Mi hermano era un pibe que con la ropa nunca se hacía problemas, sobre todo con las medias. El día del hecho tenía medias negras, de marcas distintas, en un momento de los alegatos el abogado de Benítez empieza a decir que el autor tenía una vida digna, casa, auto, pero que cuando se revisa la ropa se encuentran medias de distintas marcas, lo que acreditaría un perfil criminal y necesidad de dinero”, subrayó.
Pese al dolor de oír tal versión, no evitó recordar cómo era Lautaro y las escenas que a diario compartían en la vida cotidiana. “El día que en el juicio se mostró la ropa que él tenía puesta, cuando vi las medias me reí, pese a que había sido un día muy duro y me quebré, porque no cabía ninguna duda de que esa era la ropa de mi hermano, así era, y de hecho así me lo soñé, con mi ropa, él se ponía cualquier ropa sin ningún tipo de problemas”, concluyó Gonzálo.
Lo cierto es que el dolor siempre estará en el nucleo de una familia que ha perdido uno de sus integrantes, un jóven de 20 años que vio truncada su vida en un confuso episodio. Lo único que mantiene con esperanzas a los padres, hermanos y amigos de Lautaro es que se haga justicia por el crimen y que el culpable cumpla su condena.
El hecho
Ocurrió en la madrugada del 6 de mayo de 2012, en la puerta de su casa situada en Monteverde y Goyena, en Burzaco. En ese momento, Benítez -que estaba de franco, vestido de civil- circulaba por la zona en su Renault 12 junto con su esposa y delante suyo, en un ciclomotor, iban su hermana y su hija.
De acuerdo a la versión oficial, dos ladrones armados quisieron robar el biciclo y para evitarlo, el efectivo policial disparó varias veces. Uno de los balazos impactó en el cuerpo de Bugatto, quien estaba ubicado a unos 3o metros de distancia junto con su hermano y dos amigos.
El futbolista recibió un tiro que le ingresó por la espalda y se alojó en el pulmón. A pesar de que sus amigos lo llevaron inmediatamente al Sanatorio Burzaco, una hora después el joven falleció.
“Es tan perversa la estrategia que con estos elementos intentan argumentar, entiendo que los jueces no le van a dar crédito a esta versión porque sería un escándalo ya que no hay ninguna sola prueba. El caso de Lautaro Bugatto no es una cuestión de pruebas sino una cuestión de voluntad, porque las pruebas sobran, las pruebas existen por todos lados. Esperemos que el Tribunal Oral Número 10 tenga la voluntad de hacer justicia y condenar a Benítez por lo que hizo”, deseó Gonzalo Bugatto.