En el marco de las celebraciones por las Fiestas, diversas organización de concientización sobre este trastorno luchan por erradicar el uso de pirotecnia. Advierten que quienes lo sufren se ven severamente afectados por los estruendos.
Entidades que trabajar para proteger los derechos de los chicos con Trastornos del Espectro Autista (TEA) piden a la comunidad que se tomen los recaudos necesarios para protegerlos, debido a que su sensibilidad auditiva los hace más vulnerables.
Navidad y Año Nuevo se presentan como ocasiones ideales para el encuentro de las familias. Muchas de ellas acostumbran prender fuegos artificiales sin tener en cuenta sus consecuencias.
Los más perjudicados en estas fechas son quienes padecen autismo, a raíz de que no pueden procesar bien los estímulos sensoriales, lo que les genera situaciones de estrés. No comprenden por qué se producen los ruidos ni cuándo se repetirán.
En Almirante Brown, las organizaciones TEA Sin Frontera en sus filiares de Glew y Claypole informaron que los familiares de los chicos ocupan un rol central, ya que implementan todo tipo de estrategias para evitar que deban afrontar estas circunstancias.
Por ejemplo, se trasladan a lugares alejados para pasar las Fiestas, les colocan algodón en los oídos o auriculares con música tranquila.
Es que son tan sensibles a los sonidos que producen las cañitas voladoras y los cohetes que buscan esconderse y se sienten inseguros. Por ello, requirieron a su comunidad que sean solidarios.
En primera persona
El padre de un adolescente autista hizo público su pedido para que la gente deje de usar pirotecnia en el portal Change.org. La propuesta sumó adeptos rápidamente a través de las redes sociales.
“Soy Marcos, y se acerca la época más horrible para mí y mi familia: las Fiestas. Mi hijo, Ezequiel, es autista y se asusta mucho con las explosiones de los fuegos artificiales. No hay lugar de la casa en donde se pueda proteger, porque se escuchan desde todos lados”, expresó.
Se estima que en Argentina uno de cada 88 bebes nace con autismo. Aunque poco se sabe sobre las causas de este trastorno, la detección temprana es fundamental para mejorar la calidad de vida de los pacientes.