El IPC-Congreso registró un promedio mensual de 4,1 por ciento en lo que va del año. En seis meses, rozó los 30 puntos. Preocupa el impacto en el bolsillo de los ciudadanos, en especial, de los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y de la jubilación mínima.
Si bien los datos de junio, del 2,9 por ciento, representan una baja en relación al 3,5 detectado en mayo, desde enero a esta parte del año la inflación acumuló un 27,1 por ciento. La cifra duplicó a la medición del primer semestre del 2015.
Las subas se reflejan de manera directa en el precio de alimentos, bebidas -que crecieron un 2,6 por ciento- y prepagas; rubros que forman parte de dos tercios del monto total de junio.
Los principales damnificados son el público de la AUH y los del haber mínimo jubilatorio, que poseen los ingresos más reducidos de la sociedad.
La situación inflacionaria redujo 105 pesos de la posibilidad de compra del plan social y 540 de la población pasiva. Lo que conformará un promedio anual del 7 por ciento de ajuste en el poder adquisitivo de los sectores hacia fines del 2016.
Entre las especificaciones de la medición, se comunicó que desde la asunción del Presidente Mauricio Macri, en diciembre de 2015, la inflación acumula un 31,9 por ciento; mientras que en los 12 últimos meses trepó hasta el 45,3 por ciento.
A partir de la ausencia de datos oficiales del INDEC, el IPC- Congreso fue impulsado por la oposición para proveer al Poder Ejecutivo de estudios estadísticos confiables. El índice es producido por consultoras privadas y elabora informes y estudios mensuales con el objeto de proteger al consumidor.