La fiscalía determinó la pena máxima para el portero acusado del asesinato de su pareja, acontecido en Temperley, en 2013. Alberto Ponce fue encontrado responsable del “femicidio agravado por el vínculo”. La familia se mostró conforme con el fallo.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 8 condenó a prisión perpetua a Alberto Ponce por el crimen de Susana Leiva, vecina oriunda de Glew. Durante el proceso, el asesino reconoció que escondió el cuerpo de la joven en el pozo ciego de la casa que tenían en Temperley.
En la última audiencia del juicio, el fiscal Pablo Pando requirió la condena de “homicidio calificado por el vínculo, ensañamiento y violencia de género”. Su requerimiento tomaba como base las dos declaraciones que Ponce brindó en el expediente, una durante la etapa de instrucción; la otra, durante el juicio, en las que reconoció que oculto el cuerpo de Leiva pero aseveró que no recordaba haberla matado.
Además, se había comprobado que los peritajes psicológicos y psiquiátricos, presentes en el expediente, descartaron esa presunta falta de memoria. Finalmente, fue juzgado bajo la caratula “femicidio agravado por el vínculo”.
El caso
La familia de la mujer había denunciado la desaparición el 19 de julio de 2013. Cinco días después, el cadáver fue encontrado en el pozo ciego de la vivienda que compartía también con sus dos hijos en la localidad lomense. Ponce fue detenido a pocas horas del hallazgo.
De acuerdo a la autopsia, Susana fue estrangulada y recibió cuatro puntazos en el abdomen. Además, presentaba golpes en el rostro y quemaduras de cigarrillo. Si bien, en principio se trató como un caso de homicidio simple, con el avance de la investigación, solicitaron que se evaluara como un femicidio y un homicidio agravado.