El jugador de Pucará fue apartado del plantel, tras la brutal agresión que le propinó a Juan Masi, su colega de San Albano. En las próximas horas, se conocerá la decisión del club de Burzaco y del Tribunal de Disciplina, respecto a su futuro. Podría ser suspendido de por vida.
Los códigos de hermandad entre los equipos, diferencian al rugby del resto de los demás deportes. Esa imagen quedó manchada el último fin de semana, ante la criminal patada con la que Cipriano Martínez atentó la humanidad de su par de Corimayo.
Este repudiable hecho, no sólo causó gran conmoción entre los amantes de la ovalada, sino también en el público en general. Entre la infinidad de opiniones, están quiénes afirman que el pilar del “Rojo” debe ser suspendido indefinidamente, mientras que otros piden acompañar y reformular su comportamiento.
Hoy habrá una reunión del Tribunal de Disciplina que posee la Unión de Rugby de Buenos Aires, el cual debatirá, acerca de la sanción que se le arrojará. “Cipriano tendrá que declarar. Generalmente los jugadores tardan una semana en hacerlo, pero no descartamos que lo haga en estas horas, para poder tomar la decisión cuanto antes”, expresó Eduardo Bernardello, presidente de Pucará.
“Castigo habrá seguro y en lo que respecta a nuestra institución, decidiremos cuál será el jueves por la noche, cuando nos reunamos en Comisión Directiva. Por el momento está separado del plantel hasta que definamos su situación”, agregó el máximo dirigente.
La suspensión de Martínez podría ir desde los 4 años, hasta la inactividad permanente. El Artículo 32, en su inciso 20, del Reglamento de Sanciones de la URBA, contiene en el capítulo llamado “Sanciones a personas físicas” la posibilidad de sancionar de por vida al jugador.