Estefanía Díaz fue asesinada por su ex marido. Fernando Oriolo tenía prohibido acercarse al hogar que hace varios años compartían en Burzaco, tras ser denunciado por reiterados hechos de violencia. Sin embargo, burló las medidas judiciales, ingresó a la vivienda y la mató a golpes de martillo delante de sus hijos. Familiares y amigos manifestaron su dolor y exigieron justicia.
Pasaron casi 20 días de la muerte de Estefanía Michel Díaz a manos de su ex marido. Se trata de una mujer de 30 años, madre de cuatro hijos, que residía desde hace varios años en Burzaco. Su familia continúa buscando respuestas para su violento asesinato y exige justicia y una pena ejemplar para Fernando Oriolo.
Una semana antes del crimen, Oriolo violó la orden de exclusión que le había impuesto la Justicia, luego de que su ex mujer lo denunciara por violencia de género. Los golpes e insultos eran moneda corriente en el hogar de Estefanía. Ambos tenían cuatro hijos: una beba de año y medio, y tres varones de 5, 7 y 9 años.
Debido a esta situación, y por la violencia que ejercía también sobre sus hijos, el Juzgado de Familia Nº 11 de Lomas de Zamora le había prohibido que siguiera viviendo en el hogar matrimonial, tras la denuncia de la mujer. Pero la prohibición no alcanzó, y el 13 de marzo ingresó a la vivienda y delante de los cuatro menores comenzó a pegarle con un martillo, una semana después la víctima falleció.
Sin escrúpulos, a la madrugada de ese día llamó a su ex suegra, Lidia Díaz, y a su pareja, Ariel Mercado, y les dijo que había pasado casualmente por la casa de Estefanía y escuchó ruidos y gritos, por lo que entró y la encontró ensangrentada, tirada en la bañera, como si hubiera tenido un accidente. De inmediato, los dos hombres la llevaron hasta el hospital Lucio Meléndez de Adrogué, y unos días después fue trasladada a la Clínica IMA, donde finalmente falleció.
Efectivos de la comisaría local iniciaron una investigación y Oriolo fue detenido, como el único sospechoso del hecho. Hasta el día de hoy continúa preso en la Comisaría de Burzaco, mientras avanza la investigación de la Fiscalía Número 6 de Lomas. Ahora, Lidia pelea la tenencia de sus cuatro nietos, mientras llora la pérdida de su hija.
Familiares y amigos decidieron movilizarse en reclamo del cese de la violencia de género. Entre ellos, compañeros del gremio Asociación Trabajadores del Estado (ATE) seccional Almirante Brown, a la cual pertenecía Estefanía, ya que trabajaba como cocinera en una escuela pública de Glew.
“La conozco a ella y a su familia por ATE, ellos son trabajadores del Estado, auxiliares de escuela, y están afiliados. Yo también trabajo en el gremio y los conocía de la oficina, de hacer trámites. Estefanía vino unas semanas antes de que la maten a buscar útiles para sus hijos”, explicó a www.deBrown.com.ar Laura Bonomi, una de las trabajadoras de ATE que sumó a las movilizaciones.
Y añadió: “Cuando nos contaron la historia nos impactó mucho, empezamos con delegadas del gremio y algunas chicas de la Comisión Directiva a juntar cosas para la familia, ropa, plata, esas cosas. Enseguida se enteraron los de “Creando Juntas” y se contactaron con la familia para consultarles si querían que nos organizáramos alrededor de este tema”.
Como la respuesta fue positiva, desde la red social Facebook se lanzó una convocatoria abierta y se llevó a cabo una reunión en la Plaza Brown, en Adrogué. El 1 de abril se realizó una movilización a la comisaría de Burzaco, y el viernes 4 a la Municipalidad, para seguir difundiendo la causa e impulsar una fuerte lucha contra este flagelo.
Allí, fueron recibidos por el titular del área de Seguridad, Marcelo Fila, y en los próximos días serían recibidos por el intendente Daniel Bolettieri. Uno de los objetivos de las movilizaciones es formar una coordinación de casos de violencia de género en toda la zona sur del Conurbano.
