Así lo aseguró el intendente de Almirante Brown, Darío Giustozzi, tras la sentencia que condenó a 20 años de prisión al autor del crimen de Daniel González, el joven asesinado hace un año en Adrogué.
Tras el fallo del Tribunal de Responsabilidad Penal Juvenil N°1 de Lomas de Zamora que dictaminó la condena a 20 años de prisión al autor del crimen de Daniel González, el joven de 19 años que fue asesinado a sangre fría en Adrogué hace casi un año, la familia fue acompañada por el intendente de Almirante Brown, Darío Giustozzi, quien siguió paso a paso el caso.
En este sentido, el jefe Comunal se mostró muy cercano a la familia que no quiso dar declaraciones y aseguró que la sentencia al menor de edad quien protagonizó el crimen "es un fallo ejemplar, donde la Justicia y la Policía fueron eficientes”.
“Vinimos a acompañar el dolor de la familia pero asimismo compartir que la justicia funciona. [Cuando ocurrió el hecho] en 45 minutos se detuvo al delincuente, y la pena que hoy le está dando el Tribunal es de 20 años. Acá está claro que la familia está conforme y tiene la sensación de que existe justicia", remarcó Giustozzi.
Y completó: "Funcionó la Policía, la Justicia, la etapa instructiva, la investigación, la fiscalía y los abogados que han trabajado de manera impecable”.
En tanto, el dictamen estuvo a cargo del Tribunal de Responsabilidad Penal Juvenil Nro 1, a cargo de la doctora Marta Pascual.
El hecho sucedió cerca de las 3.30 del 25 de diciembre de 2011 cuando González y un primo, tras festejar la Nochebuena, salieron a buscar a dos amigas para ir a una fiesta. Cuando los cuatro caminaban por la calle Jorge Dekay y Obligado, fueron interceptados por dos jóvenes a bordo de una moto que los amenazaron con fines de robo.
Según declaraciones a la policía, en medio del asalto el muchacho que iba de acompañante en la moto extrajo un arma y le efectuó un disparo al pecho a González, quien murió antes de ser asistido en el hospital local.
A pesar de haber baleado al joven, los delincuentes robaron las pertenencias de los amigos de la víctima y escaparon con 145 pesos y tres teléfonos celulares. La policía logró atrapar a los sospechosos, dos hermanos, en ese entonces de 16 y 20 años, cuando se disponían a refugiarse en su vivienda, situada a sólo cinco cuadras de la de la víctima. Allí se les secuestró la moto y un revólver calibre 32, el arma homicida.