Conserva el primer monumento a la Bandera del país. Fue inaugurado en 1943 en la plaza Manuel Belgrano y es un orgullo para todos los vecinos. Los detalles.
A pocos días de conmemorarse el aniversario de Longchamps, otra localidad browniana celebra este viernes un nuevo año de su fundación. Se trata de Burzaco. Desafortunadamente, debido a la pandemia, no se llevarán adelante los tradicionales festejos.
El origen de la ciudad data del 14 de agosto de 1865. Desde ese entonces, logró ser reconocida por su expansión y por guardar un tesoro histórico.
Su creación fue gracias a la donación de tierras de diferentes personas. Entre ellas, Eugenio y Francisco Burzaco. Los hermanos habían heredado una amplia extensión de campos que corresponden a lo que hoy es Almirante Brown y San Vicente.
Al fallecer Francisco, sus descendientes cedieron el espacio a la comunidad para construir una plaza, la iglesia, edificios públicos y la escuela. Ya en 1909, se inauguró el Templo Inmaculada Concepción y se perfiló el lugar donde se encuentra el Monumento a la Bandera.
Según datos históricos, la fundación de la primera estación de ferrocarriles le permitió obtener una cierta autonomía y reconocimiento.
Al diferencia de lo que muchos creen, el monolito a nuestro símbolo patrio ubicado en Burzaco es el primero del país. Si bien existieron más antiguos, uno en Salta y otro también en Rosario, ya no quedan vestigios de estos. El browniano es el más añejo que se conserva en pie en todo el país.
Se encuentra en la plaza Manuel Belgrano y fue declarado por el Congreso de la Nación como Monumento Histórico. La obra fue llevada adelante por el destacado escultor Claudio León Sempere y el constructor Francisco Blumetti, quienes la comenzaron en 1937.
Un año después- el 25 de mayo de 1938- se colocó la piedra fundacional. El acto contó con la presencia de autoridades municipales, religiosas, representantes de escuelas, entidades y habitantes de la ciudad.
Para concretar el proyecto, se necesitó de la colecta de fondos. Si bien esto llevó tiempo, colaboraron distintas instituciones de bien público de la Región. Media década más tarde, el 25 de julio de 1943, finalmente se inauguró.
Tiene una base de 5 metros por lado y una altura de 8, mientras que su mástil llega a los 23 metros. Está revestido de mármol travertino de Mendoza y su interior está destinado a un templete, con un sótano de iguales dimensiones. Los dos cóndores de bronce en su cima -uno mirando al norte y el otro al sur- custodian la enseña patria.