Según la Sociedad Argentina de Cardiología, en nuestro país una de cada tres personas es hipertensa y el 37% de la población no lo sabe. Las complicaciones de la presión alta provocan, en el mundo, anualmente 9,4 millones de muertes. Afecta a niños y adultos.
Especialistas advierten que se trata de una enfermedad que en sus primeras fases no presenta notorios síntomas. Pero, sus consecuencias pueden ser graves: infarto de miocardio, hemorragia o trombosis cerebral. De todas formas, no hay que preocuparse, manteniendo una vida sana y activa, sus riesgos pueden reducirse.
Según cifras del Registro Nacional de Hipertensión Arterial, la HTA prevalece más en los hombres. El 37,2% desconoce su enfermedad (44,66% hombres y 25,9% mujeres). De las personas hipertensas encuestadas, el 56,2% se encontraban bajo tratamiento pero sólo el 26,5% de ellos estaban bien controlados (19,8% hombres y 36,8% mujeres).
La Hipertensión Arterial puede desencadenar la enfermedad cardiovascular, insuficiencia cardíaca y renal. En los males hábitos alimentarios estaría la clave de su tratamiento.
Junto a la mala alimentación, influye el uso excesivo de alcohol, sal, el sedentarismo, el sobrepeso y el estrés. A su vez, la herencia, el sexo y la edad. Aunque existe medicación lo trascendental es cambiar el estilo de vida.
Como las primeras manifestaciones del padecimiento suelen ser silenciosos, es fundamental realizar todos los años un control médico. En ese momento, se evaluará los antecedentes familiares y personales y el estado físico general.
La presión arterial normal es cuando mide menos de 120/80 mmHg. La alta se da cuando es de 140/90 mmHg o por encima, la mayoría de las veces.
Tratamiento
A diferencia de otros trastornos, no puede curarse pero sí controlarse. Entre las recomendaciones generales se encuentran:
En algunos casos, un profesional puede aconsejar el uso de medicación, que debe ser recetada siempre por un médico.