Este martes se realiza la segunda audiencia. Se prevé que hoy declaren dos profesionales. Abordarían las pericias psiquiátricas del principal acusado, Oscar Sosa; y los detalles de la autopsia.
En el Tribunal Oral en lo Criminal 8 de Lomas de Zamora, se lleva a cabo hoy la segunda audiencia del juicio oral por el crimen de Melisa Tuffner, la joven estudiante de psicología que fue atacada a golpes y asesinada en Glew en 2015.
Durante esta jornada, se aguarda que declaren dos profesionales que intervinieron en la causa. Según trascendió, uno abordaría una serie de pericias psiquiátricas a las que se sometió el imputado Oscar “el Buey” Sosa.
El otro especialista brindaría detalles técnicos sobre la autopsia realizada al cuerpo, para determinar cuáles fueron las causas de muerte y cómo la atacaron.
Sosa es el único acusado y su situación procesal se complica cada vez más. La semana pasada, su propia prima lo acusó de intentar abusar sexualmente de su hija menor de edad y de haberla manoseado mientras ella no estaba.
El padre de Melisa también señaló las actitudes sospechosas de Sosa en el barrio. “Solía propasarse con las mujeres y hasta ‘Meli’ se daba cuenta de que era una persona rara. Era desagradable para las mujeres del barrio”, sostuvo ante los jueces.
Fue determinado como "Homicidio Simple". Sin embargo, la familia considera un agravante el hecho de que Melisa conociera a su asesino.
El fiscal Pablo Pando, que interviene como querellante en la causa, buscará conseguir una ampliación de la carátula. A su vez, denunciará por “mala praxis” la UPA Longchamps, que asistió a la joven previamente a derivarla a otro hospital de Capital Federal.
Sería con la circunstancia de alevosía como agravante. De esta forma, el delito pasaría de “Homicidio simple” a “Homicidio agravado”, por lo que le correspondería un castigo mayor. Asimismo, Sosa carga con la reincidencia sobre sus hombros por haber asaltado un almacen.
El hecho ocurrió el 19 de julio de 2015 cuando Melisa se dirigía al centro cultural “Gringo viejo”, del cual era alumna. Alrededor de las 19, un grupo de vecinos de la zona la encontró desvanecida en el cruce de Ascasubi y Gutiérrez, a seis cuadras del lugar al que iba.
La joven falleció en el hospital Sirio Libanés de Capital Federal, adonde llegó con muerte cerebral, derivada desde la Unidad de Pronta Atención (UPA) de Longchamps. La autopsia confirmó que los golpes y lesiones que tenía en la cabeza fueron hechos con un arma blanca.