Argentina ocupa el preocupante primer puesto del consumo de pan, gaseosa y sodio en América Latina. Se come menos de un tercio de las frutas, verduras y legumbres requeridas, pero se duplica el de carne. Especialistas advierten que no sirven las dietas de moda y apuntan a revisar las etiqueta de los productos para conocer verdaderamente su composición.
Cotidianamente desde diversos ámbitos se incita el consumo y la adopción de estilos de vida poco saludables. Los médicos advierten sobre la necesidad de controlar la información nutricional de los alimentos adquiridos y tener en cuenta el impacto negativos que pueden generar a la salud.
“Vivimos en una sociedad que promueve la obesidad, hay mucha accesibilidad a alimentos no saludables. Están disponibles en diversos ámbitos y son más económicos comparados con la fruta y la verdura”, opinó en diálogo con www.deBrown.com.ar Lorena Allemandi, directora del área de políticas de alimentación saludable de Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina.
Explicó que para evaluar la situación de Argentina se tiene en cuenta la Encuesta Mundial de Salud Escolar, que se le realiza a chicos de 13 a 15 años, y que es representativa de todo el país. Se concretó en el 2007 y en el 2012; y reveló que las enfermedades vinculadas al exceso de peso subieron.
“En la primera, el sobrepeso representaba un 24, 5 por ciento y ahora un 24,8 por ciento. Mientras que la obesidad pasó de 4,4 por ciento a 5,9 por ciento. Hay muy poco consumo de las porciones recomendadas de frutas y verduras, en contrapartida con el de bebidas azucaradas. Además, se detectó mucho sedentarismo”, puntualizó la especialista.
Entre los adultos, hasta 65 años, el sobrepeso llega casi el 60 por ciento."Todos los factores de riesgos se dan en los sectores más vulnerables, que son los de rango socioeconómicos más bajo. Son más sedentarios, comen peor, tienen más hipertensión y diabetes”, sumó.
En este contexto, indicó que es transcendental que se diseñen políticas públicas para tratar el problema. “Deben proteger en particular a estos grupos”, aconsejó.
Una mirada más ecológica
En la vereda opuesta, registros recientes confirman el crecimiento del mercado de alimentos orgánicos, que pretenden no sólo cuidar la salud sino proteger el medio ambiente. En el territorio nacional ya se destinan 202.000 hectáreas a producirlos y se venden en almacenes orgánicos, deliverys, ferias naturistas, dietéticas, entre otros espacios.
“Todo lo que tenga que ver con la producción orgánica, por ejemplo de frutas y verduras, es muy beneficioso. El único inconveniente es que muchas veces ese tipo de productos suelen ser más caros. Para acceder a ellos se requiere un nivel adquisitivo más alto, con lo cual cuesta que su uso se masifique”, reconoció Allemandi.
El marco normativo para su consolidación es la ley 25.127, que regula la producción y venta de alimentos orgánicos, también llamados biológicos o ecológicos. Sus beneficios son múltiples, entre ellos sus propiedades antioxidantes que retrasan el envejecimiento celular y que tienen menos ácidos grasos saturados, de modo que acarrean menos riesgo de generar afecciones cerebro y cardiovasculares.
En contraposición, como la producción se encarece, el precio al consumidor también se incrementa, en promedio, entre un 20 y un 30 por ciento más que los productos que no son orgánicos.
Por otro lado, en un contexto de un mundo hiperconectado, las grandes marcas internacionales utilizan la publicidad como un valioso instrumento de convicción lo que provoca una gran uniformidad en los hábitos alimentarios, especialmente entre los más jóvenes.
Un estudio reciente de la Fundación Interamericana del Corazón comprobó que “el 85% de los alimentos publicitados en las tandas de programas televisivos infantiles en Argentina tienen un bajo valor nutritivo”.
Es que contienen grandes cantidades de azúcares, grasas, sodio y con un alto valor calórico, como postrecitos, bebidas azucaradas, productos de cadenas de comidas rápidas y snacks salados. Por el contrario, las publicidades de alimentos naturales, tienen escasa presencia en las tandas.
Todo esto sumado a que la mayoría de los ciudadanos no controla los valores nutricionales y calóricos antes de ingerir alguno de ellos. A lo que se añade que 1 de cada 4 publicidades utilizan personajes animados y famosos, y 1 de cada 3 recurren a las promociones, incentivando aún más su adquisición.
Todo esto acarrea notables consecuencias en el estado físico de los adultos y de los niños, donde las cifras de sobrepeso y obesidad crecieron de manera constante durante las últimas tres décadas.
“Cuando hablamos de estos temas debemos dejar en claro que la solución está vinculada a las políticas públicas, tiene que haber decisiones políticas para poner en juego estas estrategias, porque no alcanza con la medida individual, con el consejo específico, sino que se debe pensar en el conjunto”, concluyó la representante de FIC Argentina.
Aprendizaje y concientización local
El Concejo Deliberante de Almirante Brown avaló recientemente el “Programa Municipal de Alimentación Saludable”, destinado a prevenir dolencias e instalar “kioscos saludables” en las escuelas del distrito. Que se suma, al que prevé la venta de leche descremada, deslactosada y vegetal en bares y restaurantes. Ambos proyectos fueron presentados por el concejal Mario Fuentes.
El objetivo es prevenir padecimientos vinculados a la mala alimentación; promover hábitos de alimentación saludable; controlar patologías e incentivar la actividad física.
En ese mismo sentido, la Comuna brinda una serie de talleres de huerta orgánica en la Granja Municipal destinada instituciones escolares, barriales y vecinos en general.
Este mes, los niños del Jardín de Infantes El Salvador de la localidad de Burzaco -junto a sus maestras- se acercaron al predio municipal de Ministro Rivadavia para aprender más acerca del cultivo de plantas aromáticas, verduras y hortalizas.
A su vez, se les enseña cómo crear una huerta en espacios reducidos empleando almácigos y herramientas confeccionados con materiales reciclados; siembra, cuidado y cultivo de especies de temporada, plantas aromáticas y medicinales; e identificación y tratamiento natural de plagas.
Nuevas tendencias
Con el correr de los años las personas van cambiando sus hábitos alimenticios. Algunos resultan beneficiosos para su salud y otros no tanto. Entre ellas, la dieta vegetariana, basada en vegetales, cereales integrales y legumbres y que prescinde de los alimentos derivados de animales.
En coincidencia, aumenta la cantidad de personas que adhieren al veganismo, quienes excluyen la carne, el pescado, los lácteos, los huevos y la miel. Básicamente, llevan adelante un estilo de vida más sano y respetuoso con los animales y la naturaleza.
Justamente, este año se inauguró un local de comida vegana en Adrogué. Sito en Mitre 1024 busca justamente reunir al veganismo con el fast food. El objetivo es darle un giro al consumo de la comida de rápida preparación hacia hábitos más saludables. El cantante Axel participó de su apertura.
También están aquellos que asumen el volácteovegetarianismo, que incluyen huevos y lácteos, convirtiéndose en la dieta con más seguidores en occidente. El crudivorismo, sólo consumen alimentos crudos y no procesados y el régimen frugívoro: basado en frutas, frutos secos y semillas.
En resumen, en la actualidad a pesar de que la elección de alimentos está condicionada por el factor económico, el gusto y la simplicidad en la preparación, se empiezan a vislumbrar nuevas acciones tendientes a proteger la salud y prevenir enfermedades.