Así lo aseguró Diego Piñeiro, nuevo entrenador de Claypole, en dialogo con De Brown. Iniciando su segundo ciclo al frente de la institución browniana, se mostró confiado en revertir la situación. El próximo lunes debuta enfrentando a Central Ballester.
Tras el empate del conjunto browniano y la posterior renuncia de la dupla técnica integrada por Javier Giménez y Juan Zicarelli, la dirigencia de Claypole no perdió tiempo y fue en busca de Diego Piñeiro, un viejo conocido del club, para que vuelva a calzarse el buzo de DT.
“Estoy muy contento ante esta segunda oportunidad. Voy a poder demostrar que nunca me tendría que haber ido”, expresó en diálogo con www.deBrown.com.ar el flamante entrenador.
Luego de tomar al equipo en el inicio de esta temporada, tuvo un andar marcado por varios conflictos institucionales, que lo llevaron a dar un paso al costado en la fecha 12. “En aquella oportunidad me equivoqué en la elección de mi cuerpo técnico. Ahora hay que dar vuelta la página y tratar de sacar la mayor cantidad de puntos de acá al cierre del torneo”, explicó.
El coach no arriba en el mejor momento del club. A falta de cinco fechas para la finalización del certamen, el equipo se encuentra hundido en las últimas posiciones y cerca de poder quedar desafiliado. Es por eso que resaltó la importancia de “sumar”, pero siempre pensando en armar una escuadra competitiva para el año próximo.
“Llegamos para continuar lo que iniciamos a principios de año. Seguir trabajando en el proyecto de inferiores con el objetivo de inculcar un estilo definido. La idea es que desde la Primera a los más chicos, jueguen de la misma manera”, explicó.
Durante los primeros cinco partidos del campeonato, el “Blanquinegro” sumó una serie de victorias que lo habían colocado en la cima de la tabla y postulado como uno de los candidatos a ascender. Pero pese al buen momento futbolístico, las diferencias entre algunos referentes del plantel y el presidente Claudio Caballero, desencadenó en la suspensión de varios titulares, resintiendo sensiblemente el rendimiento de sus dirigidos.
“Hemos tenido que lidiar con factores extra futbolísticos. Ahora se ha alcanzado la unidad, se legitimará una comisión y esperemos que las cosas vayan por buen camino. Si sale todo bien, podremos usar nuevamente nuestra cancha y estamos todos enfocados en tirar para el mismo lado”, aseguró a este medio.
En su segunda escalada en el elenco sureño, Piñeiro estará acompañado por Pablo Randazzo como su ayudante de campo; Jorge Benítez será el entrenador de arqueros; y Leonardo Lamas conducirá la preparación física.
“Tengo un cuerpo técnico de lujo para esta divisional. Estamos entusiasmados y con muchas ganas de revertir esta situación. Claypole es un grande en la categoría y nos enfocaremos en poder ubicarlo en el lugar que se merece”, añadió.
Más allá del pobre desempeño de este año, el DT resalta la importancia de mantener una base de jugadores que ya conoce. Además, seguirá apostando por los chicos de inferiores para nutrir de talento a la formación titular.
“Iniciamos un proyecto que va a durar dos años. El objetivo final es que la institución ya no tenga que salir en busca de incorporaciones y pueda formar en reserva, jugadores con la capacidad para jugar en Primera División”, argumentó.
El debut del nuevo grupo de trabajo será el próximo lunes frente a Central Ballester. “Me siento capacitado para este nuevo desafío, la idea es crecer como equipo y profesionalmente”, concluyó.
