Hace 16 años que la Secundaria Nº4 del barrio Don Orione colabora con la Escuela Nº 200 San Ignacio de Loyola, en Misiones. Inició como un trabajo escolar y terminó siendo un proyecto solidario, que trascendió las barreras del tiempo y las distancias.
Si bien la actividad tuvo un inicio netamente cultural y educativo, pronto incorporó el aspecto social con una relación que se mantuvo durante todos estos años. El nexo entre ambas escuelas se transformó en una amistad que busca, a través de la solidaridad, generar nuevas herramientas para seguir impulsando la educación en todo el país.
Todo surgió a partir de la iniciativa de un profesor que, mediante un trabajo comparativo entre la obra del escritor Horacio Quiroga, que vivió en misiones; y de Marcelo Moreyra, un maestro de monte, docente de la escuela 200 y destacado artista plástico, escritor y coordinador de escritores del MERCOSUR, también con sede en Iguazú.
A partir de allí, los alumnos se interiorizaron sobre esta institución y decidieron ayudarla. Cientos de estudiantes, especialmente del bachillerato para adultos, forman parte de esta comitiva solidaria y cultural. Aún aquellos que ya egresaron siguen siendo parte importante de esta movida.
En 1999, se realizó el primer viaje con una delegación compuesta por alumnos, docentes y miembros de la comunidad. Con la postal en pleno, los colaboradores se dieron cuenta que el trabajo era mucho y que las necesidades eran de todo tipo.
Siempre con ayuda de la comunidad, envían y llevan en persona útiles, alimentos y ropa, entre varios productos que hacen a la vida cotidiana de la escuela y de los chicos. El 29 de octubre se cumplirán 16 años de padrinazgo ininterrumpido.
Sin embargo, los costos del viaje y los envíos también son una dificultad para los alumnos de la Secundaria N°4. Por este motivo, para solventar los gastos, la comisión del padrinazgo realiza diversas actividades, como Peñas, Festivales, Torneos de truco, Rifas y Comidas. Ya que ahora, además, se incorporó al proyecto la Capilla San Cayetano, enclavada en un barrio de Iguazú, cercano a las barrancas del Río Paraná.
En vistas a perpetuar este trabajo, de la mano de Eduardo Colman -docente que inició con el proyecto- la comitiva de ayuda se constituyó en una ONG que busca, institucionalizadamente, seguir ofreciendo ayuda y convocar cada vez más voluntarios para esta noble tarea. Oportunamente, en los años en los cuales comenzó esta actividad, la comuna browniana declaró a esta iniciativa educativa solidaria de interés municipal.