La familia de Natalia Soto, la joven embarazada de siete meses que murió en el hospital Meléndez luego de dar a luz, denuncia “mala praxis”. Creen que tuvo un ACV y acusan a los centros de salud que la asistieron por no diagnosticarla correctamente. La beba está estable, pero continúa internada en terapia intensiva.
A raíz de una denuncia radicada ante la Justicia por la familia de Natalia Soto (28), la embarazada de siete meses que falleció el pasado jueves en el hospital Meléndez, se abre un nuevo capítulo de debate sobre la asistencia médica en zona sur.
Los familiares de la joven denuncian “mala praxis” y demoras en la atención. Asimismo, cuestionan la asistencia que recibieron en los hospitales Gandulfo, de Lomas de Zamora, y dos clínicas en Temperley.
Matías Burgos, marido de Natalia, asegura que la joven sufrió un ACV y que ningún integrante del personal pudo detectarlo a tiempo. En tanto, desde el Meléndez confirmaron que “se inició una investigación” y “se separó a los médicos que intervinieron”.
“Al otro día del hecho, se inició una investigación presumarial que continúa hasta el momento”, explicó en diálogo con DeBrown.com.ar la directora ejecutiva de la institución, Carolina Roca.
Y agregó: “Lo que hemos decidido, por decisión interna, fue separar de su práctica habitual a los médicos que intervinieron ese día en tanto dure la investigación. El Ministerio (de Salud bonaerense) será después quien abra el sumario y decida cómo accionar”.
La causa quedó en manos de la Unidad Funcional de Instrucción N° 17 de los tribunales de Lomas de Zamora. Se esperan los resultados de la autopsia y las pericias realizadas a los documentos y planillas médicas que fueron secuestrados en el centro de salud.
El hecho
El esposo de la joven contó que el pasado miércoles Natalia se despertó “con un fuerte dolor de cabeza y rigidez en el cuello”, razón por la cual él la llevó primero a una clínica de Temperley que tenía por su obra social. Sin embargo, como “no había médicos” -según contó- decidió pagar la consulta en la Clínica Passo.
“Una médica de guardia le tomó la presión y le dijo que para ella estaba bien, pero que debía hacerse atender por una obstetra”, explicó Matías.
A partir de allí inició un carrera de obstáculos. La pareja fue al hospital Gandulfo para que revisaran a Natalia, pero en la guardia de la maternidad sólo le recetaron un paracetamol y le dijeron que “tal vez era estrés”, señaló el marido en declaraciones públicas.
La joven retornó a su hogar, pero con el paso de las horas los síntomas eran cada vez más fuertes. En medio del susto, la madre de Natalia la llevó al hospital Meléndez en búsqueda de una solución y para evitar que sus malestares pudieran llegar a dañar a la bebé.
“Cuando llegué al hospital no nos reconocía y tenía movimientos involuntarios. Estaba prácticamente abandonada en una camilla”, recordó con la voz entrecortada el esposo de Natalia.
Y agregó: “Salió una doctora que me dijo que le hicieron un análisis de sangre que estaba bien, que ya estaba todo chequeado y que más que no le podía hacer porque si no se quedaba quieta no la podía atender”.
Burgos explicó que después de ese diálogo, fueron derivados a obstetricia para escuchar los latidos del bebé. Al parecer -hasta ese momento- todo estaba bien en torno a la pequeña que se estaba gestando. Pero los dolores de Natalia continuaban y ella estaba “como ida”, según describe.
“Nos derivaron a guardia clínica, donde fue puesta en una camilla para que la revise una doctora, pero en ese momento entró otra urgencia y quedó en un pasillo”, contó Matías.
Minutos más tarde, otro médico asiste a Natalia. “Le expliqué lo que tenía mi mujer y dijo que así como estaba no la iba a poder atender y le dio un calmante para que se duerma. Después no volvió nunca más”, denunció el joven.
Luego de tantas ideas y vueltas, finalmente la joven queda internada al cuidado de su hermana, quien se dio cuenta que Natalia comenzó a respirar con dificultad, razón por la cual empezó a gritar y a pedir que la asistan porque se estaba muriendo.
“Los médicos la pasaron de urgencia al quirófano para hacerle la cesárea y luego salió este mismo médico que le dio el calmante a decir que ella había fallecido y que la bebé estaba complicada”, señaló Burgos.
Abigail, una beba que lucha por su vida
Tras la cesárea -en la cual Natalia fallece-, Abigail quedó internada en terapia intensiva del área de neonatología. Ante la consulta de este medio por el parte de la pequeña, la directiva del Meléndez informó que “la bebita está estable” aunque aseguró que “aún está en riesgo su vida”.
“Por suerte no ha tenido nuevas complicaciones en las últimas 48 horas, pero cómo es prematura, es de alto riesgo”, concluyó la doctora Roca.
