Aparecieron en escena los barbijos, el distanciamiento social y los testeos. Además, se paralizaron las clases presenciales, se prohibieron las reuniones sociales y cerraron comercios. Los detalles.
Para evitar la propagación del Covid-19, hace tres años comenzaba en todo el país el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO). Fue el 20 de marzo de 2020 y dio inico a la llamada "nueva normalidad”. A partir de ese momento, la vida de todos los argentinos cambió para siempre.
Según el Ministerio de Salud, el 3 de marzo del 2020 se había registrado el primer caso positivo en el territorio. Más tarde, en el último reporte emitido antes de la implementación de las restricciones, se extendieron a 97 los infectados y tres de ellos ya habían fallecido.
“Vamos a ser muy severos con quienes no respeten el aislamiento. Los que no puedan justificar por qué están en la calle, tendrán sanciones que dispone el Código Penal y vamos a ser inflexibles”, anuncio por aquel entonces el presidente Alberto Fernández al oficializar la medida.
A partir de ese instante, la rutina se modificó abruptamente. Aparecieron en escena los barbijos, el alcohol en gel, el distanciamiento social y los testeos PCR. Además, comenzaron a acaparar todas las miradas las cifras de contagios y la saturación de las camas de terapia intensiva.
Sumado a esto, se paralizaron las clases presenciales, se prohibieron las reuniones sociales, se cancelaron todos los espectáculos y se cerraron los restaurantes. La vía pública, en tanto, solo quedó “habilitada” para quienes iban a trabajar en una actividad considerada “esencial” o para hacer compras en un mercado de cercanía.
Inicialmente, la recordada cuarentena comenzó a extenderse de forma quincenal. Con el paso de los meses, fueron apareciendo las flexibilizaciones. El Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO), que permitía el regreso de algunas actividades siempre respetando los protocolos, llegó al AMBA recién el 11 de noviembre.
En 2021, aparecieron las primeras vacunas. Esto posibilitó que vuelvan las clases presenciales en lugares como la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Santiago del Estero y Jujuy.
Pese a ello, en mayo de ese año, se inició la segunda ola de contagios. Ante el temor de un colapso en el sistema sanitario, se volvió a establecer una nueva cuarentena estricta de nueve días. Esta fue la última.
Lejos parece haber quedado esa realidad atravesada por el desconocido virus del Covid-19. Sin embargo, varios cuidados se siguen manteniendo como el uso de barbijos en los hospitales y también algunos optan por emplearlo en el transporte público o en la calle. El aislamiento ante un caso sospechoso o confirmado continúa siendo obligatorio. Además el home office y la clases o reuniones online fueron unas de las tantas prácticas que la sociedad fue incluyendo en su vida diaria.
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— Noticias De Brown (@debrownweb) April 18, 2022