En las próximas horas se esperan los resultados de los estudios toxicológicos para determinar si el joven de 17 había consumido alcohol o drogas durante la fiesta electrónica. Según el testimonio del chofer del camión, el chico apareció caminando sobre la avenida en una zona donde no hay pase peatonal.
El caos de Lucio Correa conmocionó al distrito y al país entero. Había desaparecido el viernes y era intensamente buscado por familiares y amigos. Su último rastro había sido la asistencia a una fiesta electrónica en Palermo. Desde ese momento, se desconocía su paradero.
El desenlace final fue el más triste: el cuerpo del joven de 17 años apareció en la morgue judicial de la Ciudad de Buenos Aires. Un camión lo había atropellado durante la mañana del sábado en la avenida Lugones.
La demora en el reconocimiento se habría dado porque los efectivos policiales que lo encontraron luego del accidente, pensaron que se trataba de una persona mayor de edad. Sin embargo, al realizar el examen dactilar se constató que se trataba de un joven.
Sus datos coincidía con los aportados por la búsqueda. Fue allí cuando se le solicitó a sus padres que asistieran al reconocimiento. Lograron identificar sus restos a través de un tatuaje que Lucio tenía en la espalda. Cuando fue encontrado no tenía documentos ni su celular.
Ahora, se aguardan los resultados de los estudios toxicológicos para determinar si el joven había consumido alcohol, drogas o ambos; ya que -según el relato del chofer que lo atropelló-, “apareció de la nada” caminando en una zona en la que no hay pasaje peatonal.
