Adrián Aníbal Torres y Natalia Inés Cottone no contestaron las preguntas de la fiscal por consejo de sus defensores.
Los imputados por el crimen de Ayelén Roldán fueron indagados por la fiscal a cargo de la causa y titular de la UFI 3 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, María Laura Alfaro. Se negaron a declarar por consejo de sus defensores.
Se trata de Adrián Aníbal Torres y Natalia Inés Cottone, a quienes se los acusa de “Homicidio simple en concurso ideal con aborto”, por lo que podrían obtener hasta 25 años de reclusión. Es que la víctima, de 19 años, cursaba el quinto mes de embarazo y eso es considerado un agravante.
Pese a que no quiso contestar ninguna de las preguntas, Torres sí solicitó que se investigue a un hombre con el que mantiene una enemistad que “podría querer perjudicarlo en el caso”.
En tanto, Alfaro justificó la imputación debido a que cuenta con “un cúmulo de indicios” en contra del matrimonio. Se trata de los hisopados subungueales que la fiscal ordenó para la víctima y los sospechosos.
Según las pericias, los peritos hallaron el perfil genético de la mujer del matrimonio, Cottone, debajo de las uñas de Ayelén; y su marido, Torres, también tenía mezcla con el ADN de la víctima y de su esposa.
Pese a que en sus testimonios como testigos ambos afirmaron haber tenido relaciones sexuales con la joven, durante las horas previas al fallecimiento, Alfaro considera que los hallazgos genéticos son suficientes para confirmar que hubo agresión y adjudicarles el crimen.
La fiscal corroboró además que mintieron sobre la coartada que comunicaron a través de los medios. Según confirmó, hay dos testigos que los vieron salir de la casa en dos oportunidades y en horarios distintos a los que habían mencionado: primero, alrededor de las 21 del 3 de julio y luego a la 1 o 1:30 de la madrugada siguiente.
El relato se había corroborado de manera parcial gracias a los dichos de un gomero que aseguró haber tenido sexo con ellos cerca de las 2:45; no a las 5 como habían testificado, por eso se cree que pudieron haber cometido el asesinato antes o después de la visita.
Además, el cable con el que ahorcaron a Ayelén fue hallado prolijamente dispuesto en el cesto de la basura, lo que para la representante de los tribunales lomenses es signo de un asesino ocasional.