Los pequeños deberán colocar la cartita, el agua y el pasto debajo del arbolito. La historia detrás de esta tradición.
En una época muy especial, esta noche llegan los Reyes Magos. Como es costumbre, los niños de todo el mundo ya preparan las cartas con sus deseos y el agua y el pasto para los camellos. También ubican sus zapatitos debajo del arbolito. ¿Por qué?
Hay varias versiones al respecto. Una de ellas indica que el calzado de los pequeños que habitan el hogar guarda un significado simbólico. El motivo es que representa el sostén e identidad, también la idea de plantarnos en el suelo. Los regalos allí tienen como objetivo encarnar la fortuna y el bienestar en nuestro camino.
Asimismo, los zapatitos pueden servir de guía para los Reyes. Con ellos, les ayudará a conocer la edad de los menores y así elegir el presente perfecto.
Otra historia señala que el origen podría estar relacionado con la infancia de Jesús. La leyenda cuenta que dos compañeros, al verlo siempre descalzo, les dieron sus propios zapatos. Los dejaron por la noche en la ventana de su casa. Al día siguiente, éste apareció de vuelta lleno de regalos como premio a su buena acción.
El relato se desprende del evangelio de San Mateo y tiene un dramático desenlace. Según cuenta, Melchor, Gaspar y Baltazar llegaron a la ciudad de Jerusalén. Allí, consultaron al monarca Herodes por el nacimiento del Rey de los Judíos. Él les reveló que nacería en Belén.
Guiados por una estrella, el trío dio con el paradero del bebé, Jesús. Lo adoraron y le rindieron homenaje. Como ofrenda, le regalaron Oro (signo de su realeza), Incienso (símbolo de la oración) y Mirra (representaba el dolor y muerte de Cristo).
En su regreso, los magos debían avisarle a Herodes dónde se encontraba el pequeño. Según les dijo, era porque quería rendirle culto. Sin embargo, fueron advertidos en un sueño que su verdadera intención era asesinarlo. Tomaron así la decisión de ocultarle la información.
En este escenario, el monarca ordenó matar a todos los menores de dos años que vivieran en Belén. Este hecho fue conocido como la "Matanza de los Santos Inocentes." No obstante, José, padre de Jesús, había sido alertado sobre esto y huyó junto antes al niño.
Antiguamente, no poseían ninguna distinción de su origen. Recién en el siglo XV surgieron tal como los conocemos. Melchor encarna a los europeos, Gaspar a los asiáticos y Baltasar a los africanos. Asimismo, representan las tres edades de la vida: la ancianidad, la adultez y la juventud.