La comunidad orionita cumple ocho décadas de trabajo. Para celebrarlo, realizó una misa presidida por el cardenal Mario Poli, quien estuvo acompañado por 108 obispos, integrantes de la Conferencia Episcopal Argentina. Fue un evento histórico, declarado de Interés Municipal. Contó con la presencia del intendente Daniel Bolettieri y autoridades comunales.
Con una emotiva ceremonia presidida por el Arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, el Cottolengo Don Orione de Claypole celebró 80 años desde que se colocó la piedra fundamental de esta inmensa obra de fe, que por estos días tiene representación en gran parte del país. La celebración reunió a los 108 obispos que desde el lunes participan de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y a el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig.
El evento religioso, declarado de Interés Municipal por el Concejo Deliberante local, contó con la presencia del intendente Daniel Bolettieri, quien estuvo acompañado por el presidente y el vicepresidente del Deliberativo, Alejandro Torres y Mario Fuentes; el diputado nacional Eduardo Fabiani, y los concejales Ana Romero, Carlos Falce y Ofelia Quintana.
Durante su homilía, el cardenal de la Arquidiócesis porteña manifestó su alegría por ser parte de los festejos por el aniversario, destacó los valores que guiaron la vida del sacerdote italiano Luis Orione y llamó a imitarlo en su “amor hacia los más pobres”.
“Estamos muy contentos, como en casa, y queremos alegrarnos con ustedes (…) Le pedimos entonces a San Luis por todos, porque cada uno de nosotros tienen necesidades, de vocaciones sacerdotales, de vocaciones laicas, problemas en nuestras provincias, entonces le pedimos que nos dé una 'manito' a él, que quiso tanto a la Argentina”, expresó.
En esa línea, resaltó el valor espiritual del templo donde se encuentra el relicario que contiene el corazón del padre fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia y definió a toda la institución como el “santuario de la caridad”.
En la misma sintonía se manifestó el titular de la CEA y Arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, quien sostuvo que “es una referencia a nivel nacional, una casa de amor y caridad”. “Es un joya que tenemos que cuidarla y valorarla”, agregó en alusión a la reliquia que se alberga en el interior de la capilla situada en el centro del predio ubicado en avenida Lacaze 3963.
Una vez concluida la ceremonia religiosa, el jefe comunal señaló que la labor iniciada en el distrito por el presbítero europeo “significa mucho para la vida de este pueblo”, destacó la tarea de quienes se desempeñan en ella día a día y consideró que “es una obra que merece ser reproducida permanentemente”.
“Esta una fecha muy sentida, son 80 jóvenes años de esta fundación que brinda un asistencia silenciosa a la comunidad”, sostuvo Bolettieri en diálogo con www.deBrown.com.ar y, en un mensaje dirigido a los vecinos, pidió que “cuando tengan oportunidad vengan al Cottolengo y brinden lo que puedan, aunque sea unos minutos para compartir con los residentes”.
“Es un evento importante, con la presencia de todos los obispos del país para marcar la importancia que tiene a lo largo de la Argentina la actividad del Cottolengo, que es reconocida en todas partes. Por eso, desde el Concejo Deliberante lo declaramos de interés”, expresó Fuentes.
Y agregó: “Nos enorgullece la institución y estamos siempre en contacto con el padre Héctor y el padre Hernán, con el fin de colaborar y de acompañar una obra tan maravillosa”.
Por su parte, el titular de la Parroquia Sagrado Corazón -que también se emplaza en las tierras del inmenso hogar-, Hernán Cruz Martín, remarcó la relevancia del encuentro y sostuvo que “fue un hecho histórico”, ya que no es habitual que “todos los obispos juntos visiten una institución y den gracias por la obra”.
“Es la primera vez que esto pasa para la obra Don Orione en todo el mundo. Y es la primera institución y congregación en toda la historia del país que haya recibido este reconocimiento y visita, con lo cual, estamos muy felices”, evaluó en declaraciones a este medio.
El Pequeño Cottolengo
La institución, que tiene presencia en varias provincias, trabaja en el cuidado de cientos de personas con discapacidades físicas, mentales y sensoriales que habitan en los 14 hogares que allí se levantan. En el mismo lugar, en el centro del terreno, está el santuario que alberga el relicario con el corazón del santo fundador, el cual fue traído desde Italia en el año 2000 y a diario recibe la visita de decenas de fieles.
La sede local es la más grande de la Argentina y en su interior cuenta con una amplia infraestructura, que aloja alrededor de 400 hombres y mujeres -desde niños hasta adultos- que fueron dejados allí por sus familias.
Las tierras en las que se erige la construcción constituyen “un mundo aparte” ya que tiene calles internas, una escuela, un hospital, un estudio de radio, una huerta, una capilla, canchas de fútbol e incluso un cementerio.
Fundador
Don Luis Orione fue un sacerdote que dedicó su vida l trabajo con los más humildes. En 1903 fundó la Pequeña Obra de la Divina Providencia, congregación que se extendió en su Italia natal y en tierras de misión, entre ellas Argentina.
El italiano visitó por primera vez el país entre 1921 y 1922. Luego, en 1935, funda el Pequeño Cottolengo Argentino en Claypole y la sociedad ya reconoce en él al “Apóstol de la caridad”
Su última visita fue en 1937. Cuando partía, antes de emprender el viaje de retorno, aseguró: "¡Vivo o muerto volveré a la Argentina!". Por estos días, su corazón incorrupto reposa en el Santuario de la Iglesia de Nuestra Señora de la Guardia, en el barrio que lleva su nombre.