Se trata de Sandro Ariel Matías, oriundo de Burzaco, quién luego de dejar el amateurismo, encadenó dos victorias. El pupilo de Alberto Zacarías, retornó a los entrenamientos tras una leve lesión en su hombro izquierdo.
Tras repartir golpes por más de tres años con cabezales de protección, Sandro Matías dio un nuevo paso en su incipiente carrera y se inició en el plano profesional. En su última presentación, se impuso con autoridad a Luciano Cont, en una velada organizada en la Federación Argentina de Box (FAB).
Enmarcado en la categoría Superpluma (59 kilos), Matías ostenta un boxeo técnico y de buena línea, que le permitió adjudicarse los dos combates con autoridad y en fallo unánime. Siendo un zurdo invertido, explota bien el cross de izquierda para marcar diferencias.
Por su calidad y técnica, el campo rentado se adapta mejor a su forma de pelear. “Cuando sos amateur los rounds son más cortos y no hay tiempo para pensar las contiendas. Hay que salir a tirar golpes para poder marcar diferencias”, aseguró en dialogo con www.deBrown.com.ar.
Y agregó: “Ahora los asaltos duran un minuto más, lo que me favorece para plantear y manejar el ritmo de pelea. En el profesionalismo importa más la calidad que la cantidad, y en ese aspecto me siento favorecido”.
El boxeador de Corimayo entrena cinco veces a la semana en la escuela “Santos Zacarías”, ubicada en la Av. San Martín al 3100. Con 24 años y más de 40 pleitos, sus entrenadores decidieron que era el momento justo para dar el salto de categoría.
“Alberto Zacarías es un referente, mi entrenador y manager. Tanto él como su hijo Patricio siempre me alentaron a seguir adelante, pero sin dejar de exigirme”, expresó.
El último combate realizado en Castro Barros, le dejó una secuela en el hombro izquierdo que lo alejó unos días de su entrenamiento. Totalmente recuperado, se enfoca en ponerse óptimamente en forma para volver a calzarse los guantes.
Dando sus primeros pasos en esta difícil etapa, el púgil local mantiene los pies sobre la tierra y remarca: “Hay que ir despacio”. “Tengo mucho por aprender aún. Hay que adaptarse a las nuevas exigencias y sumar experiencia, pero sé que el camino largo”, sostuvo.
Admirador de Lucas Matthysse y Marcos Maidana, Sandro sueña con poder seguir sus pasos y lograr cosas importantes. “Espero llegar a ser alguien en el boxeo nacional. Ojalá en unos años pueda ser un deportistas reconocido”, concluyó.