El ajuste regirá desde febrero y será del 9 por ciento. Desde el sector explicaron que la modificación pretende atenuar el “efecto de la devaluación impulsada por el Gobierno nacional, con respecto a los equipos e insumos”. La acción afectará notablemente el bolsillo de los usuarios.
A las subas producidas en otros rubros, como alimentos, combustibles y electricidad, se le añade el efectuado por las empresas que brindan atención médica prepaga. Aunque los empresarios requerían un 14 por ciento de incremento, finalmente el alza se estableció en un 9 por ciento.
La Superintendencia de Servicios de Salud fue la encargada de avalar la ampliación que entrará en vigencia este mes. Impactará más notoriamente en la cuota de los afiliados voluntarios. Se prevé que la medida alcanzará a un millón de hogares.
Los responsables de las prepagas pretendían modificar los valores ya a principios de año, supuestamente para equiparar la inflación, que en enero alcanzó cifras destacadas por la especulación producida por las elecciones nacionales.
El gobierno anterior ya había permitido a las compañías variar sus tarifas en septiembre del 2015, cuando lo hicieron también en un 9 por ciento. En tanto, el acumulado del año pasado fue del 30 por ciento.
