Talleres de Córdoba hizo su fiesta por el ascenso, pero el “Tricolor” no fue un invitado más. Con mucho carácter, jugó en igual de condiciones y hasta pudo haberle ganado. Terminó siendo un empate sin goles en el Kempes.
El equipo conducido por Pablo Vicó se trasladó a la provincia vecina para jugar el último partido como visitante en el torneo. Lo hizo frente a la “T” de Mario Kudelka, flamante campeón y recién ascendido a la Primera División. Pese al ambiente festivo que se vivió en el estadio, Brown jugó con muchas ganas y mereció algo más que el empate en cero.
En el primer tiempo, quien más situaciones de peligro generó fue justamente el “Tricolor”. La clave fue aplicar una presión bien alta para asfixiar a los volantes y tener velocidad para complicar a los defensores locales.
A los 28´, Pablo Guiñazú, figura de Talleres, tuvo que salir lesionado por un problema muscular y eso fue un punto más para el elenco del “Bigotón”, que empezó a contar con más libertad del medio hacia delante.
La oportunidad más clara en la etapa inicial fue protagonizada por Mauricio Asenjo. El delantero reventó el palo con un potente remate y asustó a todos los cordobeses presentes.
En el complemento, ya sin tanto juego, el “Trico” se las ingenió para seguir merodeando la valla adversaria. Asenjo volvió a destacarse, pero sus disparos fueron bien contenidos por el arquero Guido Herrera.
Con el cansancio a cuestas, ambos parecieron conformarse con el resultado. Los de Kudelka para festejar con su gente y el representativo browniano para traerse al menos una unidad desde tan lejos, que sirve para seguir engrosando el promedio.
Brown alcanzó los 28 puntos y el próximo fin de semana buscará cerrar el torneo con 31, cuando reciba a All Boys en el Lorenzo Arandilla. No será fácil, ya que los de Floresta necesitan ganar para asegurar su permanencia en la divisional.
Para destacar
En una actualidad donde pareciera que el fútbol es una cuestión de vida o muerte y que el que usa una camiseta diferente es enemigo, los jugadores de Brown tuvieron el gesto de aplaudir a los de Talleres, en la salida de ambos al cambo de juego.
Los muchachos de Vicó formaron una especie de pasillo, para que sus colegas recibieran algo más que las felicitaciones de su propia gente.