Participó de las fechas 9 y 10 del circuito en el kartodromo Rubén Di Palma de Ciudad Evita. El saldo le dejo un séptimo y sexto puesto que entusiasman de cara a 2018. “Después de casi un año competí de igual a igual. Estoy conforme”, aseguró en diálogo con De Brown.
Tras superar la fractura de clavícula, Lautaro Vivero volvió a su gran pasión. Arriba del kart 549, protagonizó las últimas dos jornadas de la temporada en La Matanza. Con buenos números, demostró que la inactividad no afectó el talento.
El regreso no empezó de la mejor manera debido a una falla en el carburador. Esta provocó que en la ronda de clasificación terminara décimo tercero. Sin embargo, en la primera carrera, correspondiente a la fecha 9, superó varios lugares hasta colocarse séptimo.
En la segunda competencia le fue todavía mejor. Realizó una serie de cambios favorables en tramos claves que le permitieron abandonar la posición inicial rápidamente. Finalmente, tras varios sobrepasos, culminó el tramo en la sexta ubicación con 13 minutos y 35 segundos.
Ambos recorridos se llevaron a cabo en el kartodromo Rubén Luis Di Palma de Ciudad Evita. En un total de 16 vueltas, participaron pilotos de la clase Super Low.
Correr junto a pilotos que no pararon en toda la temporada y con presupuestos elevados era muy difícil para el joven de Adrogué, que igualmente estuvo a la altura. “Luego de casi un año parado, pude competir en igualdad de condiciones”, aseguró en declaraciones a www.deBrown.com.ar
“Estoy conforme con los resultados obtenidos. Registré grandes tiempos de vuelta y eso es gracias a todos los que me rodean. Mi familia, amigos, el team Flores y todos mis sponsors”, agregó.
El foco de Vivero está puesto en 2018, donde espera arrancar la temporada a la par del resto. Para eso deberán alinearse varias cuestiones, pero la ratificación de sus condiciones en las últimas dos carreras entusiasman y aumentan las chances de tener un grato porvenir.