El equipo que dirige Hector Baillie perdió por 1-0 ante Cañuelas y cortó una racha de tres partidos sin conocer la derrota como visitante. Luciano Machado, convirtió el único tanto del partido a los 22' de la primera parte. El elenco del sur jugó cuarenta minutos con 10 hombres por la expulsión de Iñiguez y aún así, con mucha actitud, mereció el empate.
El Club Atlético Claypole se enfrentó a sus pares de Cañuelas correspondiente a la sexta fecha de la Primera “D, en una tarde ventosa, con lluvias intermitentes pero que fueron intensas y que, además, terminaron jugando un papel importante en el transcurso del partido.
En los primeros minutos fue Claypole quien intentó jugar, fiel al estilo de su entrenador, con la pelota por el piso y siendo ordenado defensivamente. Cabe destacar que el campo de juego estaba pesado y con el césped muy alto, con lo cual, ambos conjuntos debían realizar un desgaste físico mayor para llevar a cabo su juego.
A los 22 minutos del primer tiempo, Cañuelas que venía de no marcar goles y por ende, no registraba victorias en el torneo, logró sorprender al team del sur con una pelota parada. Luciano Machado, casi desde la mitad de la cancha, envió un centro bombeado que Nahuel Sanguinetti hizo vista y que se le terminó metiendo por detrás. De emboquillada y sin merecerlo, el local abría el marcador en un cotejo discreto.
Sanguinetti, arquero de Claypole, fue el mismo que la semana pasada había sido la figura por taparle el empate en el último minuto a Victoriano Arenas, pero ayer se equivocó y hasta terminó contagiando al resto de sus compañeros con las dudas. Posteriormente, en varios centros y saque con sus pies, el arquero se mostró nervioso y dubitativo, lo cual era raro por su habitual perfomance. Por otra parte, fue el primer gol que le convierten al ex Berazategui.
Más allá de haberse confiado o no el “1”, el conjunto de Baillie tuvo 70 minutos para empatarlo y nunca le encontró la formula al local. En cambio, Cañuelas no hacía méritos tampoco para justificar el resultado más allá de alguna insinuación pero que no requería de grandes aplausos ni emociones en los 300 que se acercaron al estadio Jose Arin, pese al frio y la lluvia.
El conjunto browniano sintió el golpe tras el gol y en ningún momento pudo ser el de los primeros minutos. Nicolas Pesoa y Osvaldo Gaspero no gravitaron por las bandas, ni los delanteros tuvieron situaciones claras de gol. Juan Cruz Rivero, de las joyas y jóvenes promesas de la institución, tampoco desempeño una buena tarea y el equipo lo extraño. En cambio, si se destacaron en defensa Leandro Marcial, Marcos Gallego y Brian Pesaresi que salvaron en más de una oportunidad a su arco.
En el segundo tiempo, Claypole no cambió su libreto ni su forma de jugar más allá del resultado. Igualmente como en el primer gol, otro imponderable le terminó quemando los papeles al entrenador Baillie. En esta etapa, a los nueve minutos, Nicolas Iñiguez se iba expulsado por doble amonestación.
Ahora con diez jugadores, el equipo blanco y negro debía superar otra valla más, no solo la de remontar el partido sino la de hacerlo en inferioridad numérica. Y vaya que lo intentó. Rápidamente, Baillie mandó a la cancha a Benitez para tener juego y a Aranda para definir las jugadas que se puedan ocasionar cerca del área de Maglione.
Con pelotazos y sufriendo desatenciones, que eran obvias al salir a buscar el empate, el visitante fue por la heroica. Lo tuvo Aranda con un remate en el palo tras un tiro libre pero ni así se le daba el gol. Fue más Claypole y mereció igualar el partido, demostró tener actitud y ganas pese a los imponderables que tuvo durante el cotejo. Más allá de la derrota y de lo que deba mejorar, sigue dando signos vitales de vida este elenco que se preparó para ascender.
De esta manera, Claypole dejó pasar la chance de arrimarse aún más al líder, Yupanqui, y ahora deberá ganar el pendiente ante Riestra para ubicarse como escolta. Antes se enfrentará en menos de diez días a Atlas y Central Ballester, en lo que pueden ser claves para empezar a rumbear el barco para el destino que quieren todos sus hinchas: el ascenso.
