A la hora de adquirir uno es importante analizar ciertas características como el tamaño y el tipo de la pantalla, el lugar donde se lo va a colocar y la resolución, entre otras cosas. Conocé los tips.
Para quienes no entienden mucho de tecnología, elegir un televisor puede parecer algo difícil. En esta línea, es importante tener en cuenta ciertos aspectos para realizar la mejor compra posible. Estos son:
Es una de las partes más fundamentales en un smart tv. En muchos casos, contar con la dimensión adecuado va a significar que se vea bien o mal.
Aunque generalmente se piensa que mientras más grande el televisor mejor, este no siempre es el caso. Si bien el problema suele ser el contrario, este puede ser demasiado grande para una habitación y generar problemas no solo en la estética del cuarto, sino también en la experiencia de video.
Por otro lado, uno de grandes proporciones también puede causar daños en los ojos. Esto va a terminar haciendo que ver una serie o película se vuelva algo molesto a largo plazo.
Este es un factor que juega mano a mano con el tamaño de la pantalla. Mientras mejor sea, el usuario tendrá la posibilidad de verla desde más lejos.
Para los smart tv que reproduzcan en HD y Full HD, en una distancia de entre un metro y dos metros se recomienda un televisor de entre 32 y 50 pulgadas. En el caso de quienes vayan a tener el dispositivo ubicado a dos o tres metros de donde lo vayan a ver, lo ideal es un modelo de entre 50 y 75 pulgadas.
Por otro lado, quienes están considerando comprar un modelo 4K y ubicarlo entre uno y dos metros, el tamaño recomendado está entre las 40 y 60 pulgadas. Para los dos y tres metros, este pasa a estar entre las 60 y 90 pulgadas.
Dependiendo el modelo, pueden ser muy distintas en cuanto a su tecnología. Aunque existen más que estas, las más utilizadas son la LED, la Doble LED, la QLED y la OLED.
Las pantallas LED fueron en su momento un gran salto en calidad desde los televisores plasma. Hoy en día, todavía se mantienen como una opción eficiente y económica. Por otra parte, la Doble LED usa dos capas de focos, dando un control más fino del brillo y del contraste.
También están las QLED, más avanzadas (y menos económicas) versiones de las LED. Estas permiten reproducir imágenes más realistas y colores más brillantes, además de ser más duraderas.
El último tipo es la OLED. Estas llevan el contraste y el balance de negros aún más lejos. Además, estos pueden ser curvos, ya que estas pantallas son más flexibles y permiten mantener la calidad incluso viéndolas en diagonal.
Si bien esto forma parte del televisor en sí, contar con una buena garantía es fundamental para tener una experiencia post compra segura. Como cualquier electrodoméstico grande, tienen una gran variedad de piezas y sensores distintos. Con tantas partes móviles, una falla en sólo una podría provocar que el aparato como un todo funcione mal o deje de hacerlo del completamente.
La garantía puede ser muy diferente según la marca, por lo que es recomendable revisar bien este detalle antes de cualquier compra.
En este marco, hay una serie de televisores que destacan en el mercado. Todos cuentan con una resolución 4K. Estos varían según su tamaño y algunas tecnologías especiales. Estos son:
