Se trata del imputado en el juicio por el crimen de Pablo Gallo, quien murió atropellado hace tres años. Ordenaron, además, la inhabilitación para conducir por ocho años. La familia se mostró conforme con la decisión de los magistrados. “Siento tranquilidad porque cumplí la promesa que le hice a mi hijo de encontrar a quien lo separó de nuestro lado”, señaló a De Brown la madre de la víctima, Cristina Vega.
Después de una espera de tres meses, la Justicia encontró a Ezequiel Penedo culpable de la muerte de Pablo Gallo, ocurrida en junio de 2012 en Rafael Calzada. El fallo, que dictó el Juzgado en lo Correccional 5 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, establece una pena de tres años y cuatro meses de prisión efectiva y la inhabilitación para conducir por ocho años.
“Siento un gran alivio porque se logró algo que muchas familias de víctimas del tránsito esperan, que es haber logrado el juicio, que el culpable sea condenado y que cumpla la pena”, relató a www.deBrown.com.ar la mamá del joven, María Cristina Vega.
La sentencia del tribunal -a cargo del juez Rubén Oscar Baca- se leyó ayer y fue correspondiente al pedido hecho por el fiscal Jorge Michelini, quién había solicitado la condena por “homicidio culposo agravado por conducción imprudente de un automotor”.
La defensa, por su parte, había pedido la absolución. No obstante, los magistrados resolvieron que el imputado era quien conducía el Renault 19 que atropelló al chico hace tres años, más allá que la estrategia defensiva se basó en tratar de probar que Penedo no estuvo al volante la madrugada del 27 de junio. Intentaron asegurar que para ese entonces “ya había vendido el automóvil”.
La familia celebró el dictamen, pese a que buscaban que la condena fuese mayor. En ese sentido, remarcaron la necesidad de acompañar a quienes sufrieron pérdidas en circunstancias similares y de luchar para que “haya un cambio en las leys de vialidad”.
“Le digo a la gente que pasó o está pasando por situaciones parecidas, que no bajen los brazos. Yo ahora siento tranquilidad porque cumplí la promesa que le hice a mi hijo de encontrar a quien lo separó de nuestro lado”, expresó la mujer.
El juicio comenzó el 4 de mayo. Desde entonces, entre otros, ofrecieron su testimonio un chofer de la línea 276 y un remisero, quienes presenciaron lo sucedido. También lo hicieron la madre y la tía del chico, quien ayudó a levantarlo del piso luego de ser atropellado y recolectó restos del auto como prueba de lo ocurrido.
También prestó declaración el comprador del vehículo que intervino en el episodio en que el joven perdió la vida. A pedido del abogado defensor, se realizaron dos careos entre él y Penedo, debido a una serie de contradicciones surgidas por la fecha en que se realizó la transacción.
El caso
La muerte de Pablo ocurrió alrededor de las 4.20 del 27 de junio de 2012, en el cruce de la avenida San Martín y San Luis, en Rafael Calzada, cuando regresaba en bicicleta de la casa de su primo.
De acuerdo a la acusación, en el momento en que cruzaba la avenida, fue atropellado por un Renault 19 color blanco que circulaba a gran velocidad. Inmediatamente, el conductor huyó del lugar.
Quienes presenciaron lo ocurrido aportaron datos a la investigación que permitieron identificar al automovilista y reconstruir lo sucedido. Luego, las cámaras de seguridad de la vía pública brindaron una prueba contundente que permitió la elevación a juicio.