Ayer se conoció el rival de Argentina en los octavos de final: Suiza. Los europeos se aprovecharon del empate de Ecuador ante Francia, y golearon a Honduras por 3 a 0 para clasificarse como escoltas de los "Galos" en el Grupo E. Además, Bosnia se despidió del torneo con un triunfo 3-1 sobre Irán, que también se marcha a casa.
Fiel a su tradición en relojería, Suiza manejó con maestría los tiempos del duelo con Honduras, lo goleó 3-0 y, como segundo del Grupo E, será el rival de la Argentina en octavos de final, el martes en San Pablo. Xherdan Shaqiri, jugador del Bayern Munich, hizo los tres goles de su equipo y fue la gran figura. Sabella deberá tenerlo bien en cuenta para lo que viene.
El 1-0 llegó casi desde el vestuario. Shaqiri venía haciendo equilibrio en el borde del área hasta que encontró el hueco y la colgó del ángulo. Esto hizo que Honduras (contaba con una chance remota de avanzar) tuviera que salir y ahí sí, paradito para el contragolpe, los de la cruz blanca no tardaron en encontrar el segundo. Buen pie en la mitad de la cancha, un 9 definido como Drmic y tres hombres que llegan por detrás para combinarse en ataque son las armas del equipo helvético.
En el complemento, Honduras siguió buscando y tuvo sus chances pero en su mejor momento, los vestidos de rojo coronaron la victoria con otro gol de Shaqiri. Por su parte, en su tercer partido en Brasil, el juez argentino Néstor Pitana volvió a cumplir un buen desempeño e hizo méritos para tener más designaciones.
Finalmente, Suiza será el rival argentino en octavos de final, el primer escalón del mano a mano que Messi, Sabella y millones de hinchas esperan que termine en lo más alto del mundo. En los papeles, un duelo accesible pero subestimarlo puede ser carísimo. No tendrá historia pero cuenta con un viejo lobo como Hitzfeld en el banco dando órdenes y un grupo de jugadores que intentarán dar el golpe.
Hubo empate. O, más bien, ganó la lógica. Fue 0 a 0 entre una Francia con algunos suplentes y un Ecuador que, si bien tuvo sus chances, resultó siendo liviano y la "oveja negra" de la Conmebol, el único de sus clasificados que no llegó a octavos. Los de Reinaldo Rueda, con sus limitaciones y una pizca de miedo escénico, le hicieron un partido digno a los "Azules", que no les alcanzó para conseguir al menos el segundo lugar.
En el arranque, Francia manejaba la pelota. Los "Galos" tocaban, aceleraban, y obligaban a los ecuatorianos a no tocar la línea de cuatro por nada del mundo. A los de Rueda le costaba reaccionar. Parecían esperar el golpe simplemente. Y el golpe llegó. Por partida doble. Mientras el suizo Shaqiri empezaba a dejarlos afuera, Mamadou Sakho le metió un tremendo codazo a Minda que era para roja. Y tal vez, 11 vs 10 a falta de 85' animaba a los sudamericanos, que apenas se soltaron cuando el rápido Jefferson Montero cambió de banda, pasando en el medio de la banda izquierda a la derecha, y cuando Emmer Valencia empezó a justificar que es todo en esta selección (metió sus tres goles en el torneo).
En el complemento, con calculadora en mano, y a pesar de todo, a Ecuador le hacía falta un gol nomás. Pero estuvo más lejos que nunca. De hecho, lo de Francia fue en aumento. Al minuto nomás, un gran desborde de Sagna terminó en centro y anticipo de Griezmann, que si no fuera por el flaco Domínguez, su manotazo, y el palo, terminaba en gol francés.
La historia se complicó mucho más tras el innecesario planchazo de Antonio Valencia sobre Digne, patadón que incluso hizo llorar al rubio. Se pegó más de lo que se jugó. Demasiada herejía para un partido en Maracaná... Así y todo, los amarillos nunca dejaron de estar vivos. Aunque, paradójicamente, les faltó viveza. Valencia sacó una contra de lujo, y teniendo al picante Montero por izquierda, decidió dejar solo al volante Noboa, quien mano a mano contra Hugo Lloris, hizo un movimiento de más y la tiró afuera. Una pena para Sudamérica, por que sumó su primer eliminado.
Irán soñaba con pasar a octavos y terminó sufriendo a Bosnia. Aunque Argentina venció a Nigeria y les dio el resultado que necesitaban, los de Carlos Queiroz no hicieron sus deberes y terminaron perdiendo 3 a 1 con los de Safet Susic, que festejaron de la mano de Edin Dzeko, Miralem Pjanic y Avdija Vrsajevic. El tanto de los asiáticos fue de Reza Ghoochannejhad, que marcó el único de su seleccionado en el Mundial.
Los asiáticos, a los que le sobraron limitaciones futbolísticas, no entendieron que necesitaban ganar el encuentro. No pudieron generar el juego ofensivo al que tuvieran que haber apostado para tener una esperanza para pasar de fase. Y Bosnia, que quería despedirse con un festejo, aprovechó su clase y que no tenía ninguna presión. Con Dzeko a la cabeza, acompañado por Pjanic, rompiÓ la solidez defensiva iraní, que fue muy diferente a la que le impusieron a los de Alejandro Sabella.
En ese contexto, el delantero del Manchester City recibió la pelota sobre un costado, se cerró y metió un excelente zurdazo raso que les dio la ventaja. Lo único positivo de los dirigidos por el portugués fue un tiro en el travesaño, que terminó picando cerca de la línea.
A pesar de que en el entretiempo hubo tiempo para cambiar las cosas, en Irán siguió todo igual: impresiciones, falta de viveza y lentitud. Con ese panorama, era de esperar otro grito de los bosnios. Y así fue: asistieron a Pjanic (adelantado), encaró al arquero e infló la red. Las únicas buenas noticias venían de Porto Alegre, donde Argentina se imponía a los africanos por 3 a 2. Ojo, la esperanza llegó de la mano de Reza, que descontó cerca del final. Pero Vrsajevic aprovechó una desinteligencia de sus rivales y puso el 3 a 1 definitivo.
